De Mendiguren: “No hay que enfriar la economía sino calentar la inversión y el empleo” - Política y Medios
05-07-2025 - Edición Nº6364

DEFINICIONES TRAS EL ACUERDO

De Mendiguren: “No hay que enfriar la economía sino calentar la inversión y el empleo”

Tras la reciente negociación con el FMI, el secretario de Industria y Desarrollo Productivo aseveró que el Gobierno  ya le demostró al organismo acreedor que con esta estrategia se logró crecer en los últimos tres años. Además, hizo una autocrítica y se diferenció del anterior Gobierno.

Por Patricio Ballesteros Ledesma

 

En el marco de la presencia de los candidatos a Presidente en el Salón Rojo de La Rural este lunes, invitados por la Sociedad Rural para presentar sus plataformas electorales, el referente productivo e industrial del ministro Sergio Massa defendió la actual política sectorial y ratificó que es la más eficaz para lograr crecer.

Para nosotros hay que sostener la inversión y el empleo. No hay que enfriar la economía. Le demostramos al fondo que mientras le planteamos esto la economía creció. De cuatro años, vamos creciendo en tres”, comentó a los presentes Ignacio de Mendiguren, tras conocerse el nuevo acuerdo alcanzado por los negociadores argentinos en Washington con los técnicos del FMI.

Antes del secretario de Industria y Desarrollo Productivo, el titular de Economía y candidato por Unión por la Patria había explicado la importancia de haber cerrado una nueva revisión con el organismo y desmintió algunos datos vertidos por sus competidores en las elecciones del 13 de agosto.

Aunque prefirió reservarse el número, hasta tanto no lo confirme el directorio del FMI en los próximos días, Massa confirmó que habrá un importante desembolso en agosto y otro en noviembre. Además, comentó que no es cierto que haya 150 economías regionales con retenciones, sólo quedan 6 que pagan derechos de exportación y en septiembre ya no habrá ninguna.

Por su lado, De Mendiguren comentó que no tenía duda que iba a haber acuerdo, aunque sólo estaba la incertidumbre del cómo. “No aceptamos que se nos diga que hay que achicar la economía porque va a caer la recaudación y el empleo. Todo ajuste económico es un ajuste social. La definición nuestra es que negociaremos sin comprometer el avance de la economía”, afirmó.

Es sabido que a diferencia de otros acreedores, el FMI busca imponer condiciones de todo tipo a los países que tomaron créditos y en particular limita a los gobiernos sobre el margen de acción hacia dentro de sus economías. 

Por eso es que Néstor Kirchner prefirió pagarles de una vez durante su mandato y alejar la injerencia del organismo en la política interna. La gran diferencia, ahora, es que esta deuda casi que quintuplica a aquella y que el BCRA no tiene reservas para afrontarla.

En esa línea, De Mendiguren diferenció las políticas llevadas a cabo por el gobierno de Alberto Fernández, en comparación con las medidas implementadas durante el mandato de Mauricio Macri y también las radicales propuestas de campaña de los candidatos de la oposición.

Así recordó que el gobierno anterior empezó sacando un cepo y después lo puso, empezó liberando tarifas y después las congelaron, e incluso dejaron el país defaulteado en pesos. En la evolución, recibió la pobreza en un 29% y la dejó en un 40%, la inflación la recibió en el 27% y la dejó en el 60%, el desempleo lo recibió en el 6,5% y lo dejó en el 12%. 

“De los cuatro años, habiendo doblado la inflación, la economía cayó en tres y nosotros, de cuatro años, estamos creciendo en tres. Hay muy poca seriedad en las cosas que plantea la oposición", se diferenció el funcionario.

Por otro lado, en relación a la propuesta de la precandidata presidencial Patricia Bullrich de levantar el cepo al dólar de inmediato si gana las elecciones, advirtió que eso tendría severas consecuencias para la Argentina. 

"Estamos en una emergencia. No nos gusta tener un cepo ni cinco tipos de cambio. Además de lo que nos dejaron, tuvimos un meteorito que cayó en la economía y que nos sacó la cuarta parte de las exportaciones. Salir de un cepo rápido es decretar el default con el FMI", advirtió De Mendiguren.

Está claro que para pagar esta deuda, este gobierno y sobre todo el próximo deberán contar con suficiente cantidad de dólares, más allá de los que el propio organismo irá girando cada tanto y en forma condicionada con los desembolsos de repago. Sin embargo, la curva de pagos se mantendrá alta durante los próximos años, mientras que los giros irán disminuyendo cada vez.

La pandemia primero y la guerra después disminuyeron fuerte la disponibilidad de divisas destinadas a esta cuenta pendiente, pero también es cierto que hubo desmanejos y ahí resulta importante la autocrítica expresada por el funcionario casi como al pasar.

“En 2021 y 2022 tuvimos récord de saldo comercial en la balanza y exportaciones. No cuidamos los dólares y se nos fueron en la brecha. Después nos agarró la guerra y hoy no tenemos reservas. Estamos en una situación compleja, pero estoy seguro de que si arreglamos con el Fondo y podemos pasar la crisis, el dólar se va a estabilizar”, comentó a la prensa.

Sin embargo, con el dólar blue arriba de los $530 y parte de la dirigencia rural criticando las nuevas medidas anunciadas para el sector, el margen de maniobras para incrementar la entrada de divisas de ese origen y evitar una fuerte devaluación el peso para lograrla es vez más acotada. 

Massa ratificó que se prolongará un tipo de cambio diferencial mayor para las economías regionales, incluído el maíz por su incidencia en el precio del pollo que viene trepando, pero quedará excluida la soja por el momento, y eso no convenció a los presentes en La Rural. 

La sojadependencia es un hecho, pero ahora se abre una enorme posibilidad con la energía y el litio, y por eso el ministro hizo expresa mención de la necesidad de ampliar la matriz productiva, diversificar la salida exportadora y transformar las materias primas para vender con agregado de valor. 

El encaminar el compromiso externo con el FMI hasta después de las elecciones generales, sin disminuir las necesarias inversiones a nivel interno en marcha, constituyen un mejor panorama para  la próxima administración nacional, sea la propia o del ocasional adversario.

Más allá de los deseos de algunos opositores de que todo vuele por el aire para ampliar sus chances de aplicar ajustes salvajes llegado el caso, el Gobierno no puede quedarse de brazos cruzados y esperar que se arregle el elegido por el electorado. Eso ya ocurrió en la historia reciente y todavía se pagan las consecuencias.

La responsabilidad del momento indica solucionar problemas y no incrementar los actuales y crear nuevos. Más allá de su autopercepción como el próximo Presidente, Massa y su equipo tienen que allanar el camino de la transición para calmar las aguas electorales y despejar la incertidumbre de cara al 2024.

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