
El Banco Argentino de Desarrollo (BICE) desembolsó $50.000 millones en el primer semestre para el fomento de la producción nacional, con una creciente distribución federal de los destinatarios de la línea de financiación.
La cantidad de créditos para inversiones productivas aumentaron más del 40% con relación al mismo período del 2022 y el 80% de los proyectos aprobados contaron con bonificación de tasa del Programa Crédito Argentino (CreAr) del Ministerio de Economía.
La cantidad de pymes asistidas tuvieron un crecimiento del 50% durante los primeros seis meses del año en comparación también con el mismo período de 2022. Y se profundizó la federalización del financiamiento, con casi el 60% de los clientes localizados fuera del área metropolitana (AMBA).
“Estos resultados no son casuales, ni aislados. Son la evidencia del trabajo y el rumbo que trazó el Gobierno a través del equipo económico de Sergio Massa, donde crece la industria, crece el empleo industrial y de forma sostenida”, sostuvo José Ignacio de Mendiguren, secretario de Industria y Desarrollo Productivo.
“BICE es uno de los principales brazos ejecutores de la política de Estado que inauguramos con el CreAr y un instrumento clave para canalizar el financiamiento hacia los sectores productivos que fomentan el desarrollo”, agregó el funcionario al dar a conocer el informe la semana pasada.
Por su parte, el presidente de BICE Mariano de Miguel comentó que los números del semestre ratifican la decisión que tomaron con esta gestión, que inició De Mendiguren, de reorientar al BICE a su rol de banco de desarrollo nacional.
Es bueno recordar que en el pasado las siglas del banco público hacían referencia al intercambio y comercio exterior, cuando la institución estaba prácticamente orientada a la prefinanciación de las operaciones de importación y exportación, y sobre todo de las grandes compañías.
La decisión de reorientar al BICE a la producción y las pymes fue acompañada por una estrategia para sanear a la institución, con finanzas sólidas y sostenibles. En esa línea, la actual gestión logró restablecer el equilibrio financiero y obtener resultados positivos.
Hoy el banco cuenta con un ratio de incobrabilidad de 1,75% (mayo), versus el 8% que registraba al cierre de 2019. Además, se agilizó la operatoria de aprobación para mejorar la asistencia a las empresas, ya que el proceso crediticio pasó de 72 días a 34 días en promedio.
También señalan desde el banco que se profundizaron las herramientas y los procesos con foco en la atención al cliente, y este año lograron la renovación por parte de IRAM de la certificación de su Sistema de Gestión de Calidad ISO 9001:2015 basado en estándares internacionales.
“No sólo amplificamos los desembolsos, sino que lo hicimos a través del incremento de créditos para proyectos de inversión a largo plazo, que son los que generan impacto sobre el cambio de la matriz productiva nacional. Empresas de todos los sectores económicos y de todo el país que agregan valor, multiplican su capacidad industrial y generan nuevos empleos”, aclaró De Miguel.
Los desembolsos de la primera mitad de 2023 ascendieron a casi $50.000 millones (ajustados por inflación), lo que marca un incremento del 15% con respecto al mismo período del año pasado.
Del total del financiamiento, un 54% tuvo como destino proyectos de inversión productiva, el 20% fue para operaciones de comercio exterior (exportaciones) y el monto restante se distribuyó entre líneas de capital de trabajo, operaciones de segundo piso y mercado de capitales.
Según los datos del banco, los créditos para proyectos de inversión (que tienen un plazo promedio de 5 años) se incrementaron el 41% con respecto al primer semestre de 2022.
También creció el apoyo a la compra de bienes de capital de las empresas a través de la modalidad de leasing, que marcó un aumento de 26% en la misma comparación entre períodos.
Otro dato que surge del análisis revela que el 80% de las inversiones financiadas por el banco generan nuevos empleos y de calidad. “El crecimiento en los préstamos para proyectos de inversión se explica por la excelente colocación de la línea CreAr para pymes. Fuimos uno de los primeros bancos en otorgarlos y hoy estamos ampliando el cupo en $25.000 millones, gracias al trabajo coordinado con la Secretaría de Industria y Desarrollo Productivo y el Ministerio de Economía”, agregó el número uno de la institución.
Entre las actividades económicas más financiadas en el semestre se encuentran la agroindustria, la elaboración de alimentos y bebidas, la construcción y la metalurgia. Y en lo que se refiere a la ubicación de las empresas, se observa una distribución más atomizada de los desembolsos y los clientes, con mayor participación de las regiones del interior del país. Además, el 94% de las empresas alcanzadas pertenece al segmento pyme.
El viernes último, De Miguel estuvo en Mar del Plata reunido con 40 representantes de la Unión de Comercio, Industria y Producción (UCIP), la entidad gremial empresaria privada, y comentó que el BICE desembolsó más de $900 millones para impulsar la producción local en el primer semestre, lo que implica el doble que en igual lapso del año pasado.
En la oportunidad también recorrió la planta productiva de Havanna y analizó con sus autoridades la posibilidad de financiar un proyecto de inversión, con el objetivo de potenciar las exportaciones a nuevos destinos de Asia y Europa.
Por otro lado, a raíz de un estudio realizado sobre el financiamiento para sostener el empleo productivo de las pymes en la pandemia, en abril pasado, las autoridades del BICE firmaron un acuerdo con el Banco Provincia para diseñar instrumentos de créditos para pymes y aumentar la toma de decisiones basada en evidencia.
“Los bancos de desarrollo del mundo cuentan con programas, unidades o departamentos especializados en monitoreo y evaluación. En BICE nuestros economistas lograron un gran trabajo que demostró que la clave en contextos de contracción del sistema, como fue en la emergencia sanitaria, es potenciar el acceso al financiamiento”, había señalado su presidente sobre el asesoramiento que le darían a la entidad bonaerense.
Mediante el acuerdo firmado se buscará en forma conjunta evaluar el impacto y efectividad de los programas del Banco Provincia en el empleo formal de las empresas y también se analizará cómo se hubieran comportado las compañías clientes en el caso de no haber accedido a los programas de la entidad.
Para este estudio se tomará como base la metodología utilizada en el estudio realizado por el BICE, que compara empresas clientes que accedieron a financiamiento con un grupo de control de compañías con características similares (en empleo, exportaciones, deuda y calificación crediticia), pero no asistidas por la entidad financiera.
El presidente de Banco Provincia Juan Cuattromo había comentado tras la rúbrica que, “si bien en la Argentina no hay un banco de desarrollo como en otros países, sí se cuenta con herramientas, como este convenio, que construyen un sistema de banco de desarrollo complementando capacidades de diferentes organismos públicos”.
El impacto de la iniciativa es fácil de ver, ya que la institución bancaria de la provincia de Buenos Aires otorgó un total de créditos por $722.000 millones el año pasado, de los que $615.000 millones se destinaron a las mipymes.