El Gobierno cierra acuerdos con acreedores internacionales ante la crisis de reservas - Política y Medios
04-07-2025 - Edición Nº6363

RESTRICCIÓN EXTERNA

El Gobierno cierra acuerdos con acreedores internacionales ante la crisis de reservas

Tras la renegociación con los países del Club de París, se acerca una definición con el FMI en los próximos días para recibir desembolsos y no incumplir el pago pendiente. Los impactos de la falta de dólares en la actividad económica local no cesan.

Por Patricio Ballesteros Ledesma

 

El ministro de Economía Sergio Massa busca acelerar las negociaciones con el FMI para acelerar los desembolsos del organismo financiero multilateral para pagar los vencimientos pospuestos la semana pasada y no dejar a las reservas internacionales del país en un nivel más crítico.

Aunque ya adelantó que no comunicará novedades hasta que no haya un acuerdo cerrado con el board en la inminente reunión en Estados Unidos, al agrupar los dos vencimientos de la semana pasada por US$2.700 millones para fin del mes en curso, ahora el asunto es firmar lo antes posible para no entrar en default.

Según informó el FMI, la Argentina tiene tiempo hasta el 30 de junio para saldar los pagos que tenía comprometidos para el 21 y 22 de junio, pero cumplida esa fecha se llegaría al atraso en los pagos, lo que pondría al país en una situación vulnerable. 

Hasta 2022 el FMI desembolsó montos superiores a los vencimientos del año, por lo que no había inconvenientes en las erogaciones si se cumplían las metas pactadas. Ya se sabía que en 2023 los desembolsos serían inferiores, pero no se contaba con que el Gobierno tendría US$20.000 millones menos disponibles por efecto de la sequía en el campo y eso lo complicó todo. 

A raíz de este imprevisto, la Argentina había pedido al FMI que le adelantara todos los desembolsos de lo que resta del año, para asegurarse la disponibilidad de recursos para no incumplir los próximos vencimientos ante la merma de divisas de las exportaciones, pero el organismo no hizo lugar a esa posibilidad.

“La administración del Poder Ejecutivo se enfrenta al desafío apremiante de asegurar un adelanto de fondos para evitar una crisis de balanza de pagos”, afirma el profesor de Macroeconomía del Departamento de Economía de la sede Rosario de la Facultad de Ciencias Empresariales de la Universidad Austral Federico Di Yenno, en un análisis sobre esta agobiante coyuntura.

Para comprender la situación actual de Argentina, según el economista es fundamental entender la importancia de un mayor desembolso. “Ante una grave sequía que ha disminuido significativamente los ingresos de divisas, la actual administración busca incrementar el flujo de fondos para aumentar las reservas internacionales brutas. Por otro lado, si no se obtiene un adelanto de fondos por parte del FMI, el Gobierno comenzará a devolver momentáneamente el préstamo a partir de julio, utilizando dólares de las reservas netas”, aclara.

Con el objetivo de tener financiamiento directo de terceros países acreedores de la Argentina, y ante la débil situación financiera argentina, el ministro Massa y su equipo se apuraron a cerrar  en forma individual lo acordado con el Club de París de manera conjunta cuando ingresaron en agosto del año pasado a gestionar el Palacio de Hacienda.

Tras la firma de sendos acuerdos bilaterales ayer al mediodía con los representantes del Club de París de Francia, España y Suecia, más los rubricados el 3 de abril pasado con Países Bajos, Alemania, Canadá, Israel, Finlandia, Dinamarca y Austria, sólo resta el convenio con Japón para tener cerrado el acuerdo de renegociación del país con el foro multilateral.

De esta manera, el Gobierno se asegura la reprogramación de los pagos de la deuda por US$1.970 millones en cuotas hasta 2028 con los 16 países que conforman el grupo acreedor, basado en el acuerdo firmado por el equipo económico argentino encabezado por Massa y el Club de París en octubre de 2022.

Ir despejando negociaciones, incrementar las reservas y reprogramar pagos son los objetivos de Sergio Massa que seguirá al frente de Economía al mismo tiempo que inicia su campaña como precandidato a Presidente de Unión por la Patria de cara a las elecciones PASO de agosto. Mientras tanto, los negociadores argentinos aguardan la venia del FMI para viajar a Washington a encarar la discusión de la última milla, como define el propio ministro a esta instancia de la negociación. 

Una vez que esto suceda, se espera que Sergio Massa viaje también a la capital estadounidense para reunirse con su equipo y la titular del FMI Kristalina Georgieva para rubricar el nuevo entendimiento. Ayer, al salir de la reunión de gabinete económico, el viceministro Gabriel Rubinstein aseguró que “esta semana habrá grandes avances con el Fondo y que la precandidatura presidencial de Massa es bien recibida en el organismo internacional”.

Esperamos cerrar un buen acuerdo con el Fondo Monetario que traiga alivio. El viaje no lo tenemos definido. Se estuvo trabajando todo el fin de semana, hasta anoche (por el lunes), y fue muy importante, hay mucho optimismo”, remarcó el funcionario.

Ambas cuestiones, es decir los acuerdos con el Club de París y el FMI, son condiciones necesarias pero no suficientes para salir de la actual situación de falta de dólares, inflación creciente y ralentización de la actividad económica. 

Estirar los pagos en un caso y asegurarse los desembolsos adicionales en el otro ayudarían al Gobierno a evitar un problema en su balanza de pagos inminente, sin embargo los otros graves temas internos pendientes todavía aguardan una solución.

“El país ha estado enfrentando una inflación persistente, un aumento en los niveles de deuda y un acceso limitado a los mercados internacionales de crédito, Si bien un mayor desembolso proporcionaría una mayor estabilidad económica en el corto plazo, se deben abordar varias cuestiones para restaurar el crecimiento, como el acceso al mercado de cambios y la capacidad del gobierno para financiar su déficit primario”, analiza el profesor Di Yenno.

A su entender, es importante tener en cuenta que aunque se espera que la próxima cosecha de trigo ayude a llenar el déficit de divisas, esto no será suficiente para reponer el nivel de reservas del Banco Central, ya que las perspectivas de cosecha no son tan altas como en otras campañas. Pero además,  tanto el Gobierno como las empresas necesitan reservas para cumplir con sus obligaciones financieras de corto plazo. 

En síntesis, “Si la Argentina no cumple el acuerdo firmado con el FMI corre el riesgo de agravar sus vulnerabilidades económicas, lo que a su vez podría tener consecuencias significativas para el financiamiento del sector privado”, concluye el economista. En esa línea, la amenaza de entrar en recesión cobra cada vez más entidad y hay datos desde el sector privado que así lo indican.

Esta semana la Confederación Argentina de la Mediana Empresa difundió su informe mensual sobre la industria manufacturera pyme donde señala que, pese a que en mayo la actividad creció en forma interanual apenas un 0,3% en precios constantes, la suba en lo que va del año acumula un tibio 1,5%. 

Entre abril y mayo pasado se hicieron más frecuentes los faltantes de insumos tanto nacionales como importados, según los empresarios consultados por la CAME, y la actividad se mantuvo casi sin cambios pese a que la capacidad industrial utilizada se encuentra en el registro más elevado de los últimos 16 meses.

Algunas firmas del rubro Alimentos y Bebidas por ejemplo, cuentan están teniendo problemas en el abastecimiento de azúcar, maíz y papel, y que no pueden utilizar más capacidad instalada no por falta de demanda, sino porque no están consiguiendo piezas de máquinas averiadas, lo que genera que haya maquinaria inutilizada.

En la entidad empresaria también señalaron que hay acopios especulativos por parte de proveedores que retienen mercadería para pedir más precios, que los clientes demoran pagos cuando los proveedores les exigen cancelar el total de las entregas por anticipado y que los aumentos en los costos de los insumos básicos atentan contra la rentabilidad de sus empresas porque no los pueden trasladar a precios.

En este contexto, la falta de dólares no sólo complica el control del tipo de cambio y la inflación creciente por puja distributiva, sino que impacta en la importación de insumos y piezas industriales, que a su vez provocan un ajuste de las empresas por precio en lugar de por cantidades. 

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