Casi la mitad del rodeo bovino argentino padece los efectos de la sequía severa y extrema - Política y Medios
19-04-2024 - Edición Nº5922

RIESGO CLIMÁTICO

Casi la mitad del rodeo bovino argentino padece los efectos de la sequía severa y extrema

Del stock nacional de 54,4 millones de cabezas de ganado, alrededor del 80% hoy se encuentra afectado por la seca y semana tras semana miles de animales mueren por falta de alimento y agua en los campos. Cuáles son las provincias más afectadas.

Por Patricio Ballesteros Ledesma

 

Cerca de la mitad del stock nacional bovino se encuentra afectado por la seca y con el transcurso de las semanas, y para algunas zonas de los días, la falta de agua comienza a ser determinante para la supervivencia de la hacienda, informó el 20 de enero el Rosgan de la Bolsa de Comercio de Rosario.

En diciembre pasado las exportaciones de trigo alcanzaron su volumen más bajo desde el 2015, y hoy ya se sabe que las del complejo sojero caerían en al menos US$4.500 millones por la extrema falta de precipitaciones que azotó a medio país en los cultivos.

Pero la seca viene generando problemas también en el trigo, que se utiliza a nivel local como insumo para la alimentación del ganado bovino y aviar, así que además de las pérdidas en los cultivos se debe adicionar la falta de granos para los animales y la merma en sus rindes.

De acuerdo con las mediciones realizadas por el Sistema de Información sobre Sequías para el Sur de Sudamérica (SISSA), la situación al 10 de enero muestra que cerca del 50% del territorio nacional se encuentra bajo diferentes grados de sequía, algo que, en términos de stock ganadero involucraría al 80% de los 54,4 millones de cabezas que componen el rodeo nacional. 

Cabe mencionar que las categorías de sequía que utiliza el SISSA para su monitoreo se calculan en base a percentiles de precipitación acumulada tomando como período de referencia los 35 años comprendidos entre 1982 y 2016 inclusive.

 

Influencia de La Niña en los últimos tres eneros

En base a estos percentiles, se asigna una categoría de sequía según las especificaciones del United States Drought Monitor que indican cuatro grados de sequía de severidad creciente, moderada en naranja claro, severa en naranja fuerte, extrema en rojo y excepcional en bordó.

En tanto que, las áreas coloreadas en amarillo indican condiciones “anormalmente secas”, las cuales no se considera propiamente sequía, sino que refieren a áreas que pueden estar entrando o recuperándose de condiciones secas. Por lo tanto, las tres categorías más críticas dentro de esta clasificación van desde sequía severa a extrema y excepcional.

Para algunas zonas del NOA se trata del tercer período consecutivo de seca, por lo que no solo el déficit acumulado es lo que golpea severamente a estas provincias sino también la prolongación en el tiempo es lo que actualmente está generando la mayor severidad.

Esto hace que muchos cursos de agua, ríos, arroyos y lagunas, que normalmente abastecen las aguadas naturales de estos campos, se hayan ido secando por completo provocando un incremento acelerado de la mortandad de hacienda en esas zonas.

Actualmente las provincias con mayor proporción de su superficie en situación crítica, esto es con sequía extrema a excepcional, son Chaco (58%), Salta (46%), Santiago del Estero (37%), Formosa (33%) y Jujuy (23%), contra un promedio del 12,5% a nivel nacional.

Sin embargo, al ampliar el análisis al área que se encuentra bajo condición de sequía severa, se incorporan provincias del área central como Entre Ríos, Santa Fe y Buenos Aires, con más del 50% del territorio provincial afectado. 

En particular, estas provincias del área central, sumada también Córdoba, son las que concentran el 65% del rodeo nacional y su evolución resulta determinante en índices de preñez, destete o incluso mortandad, a nivel nacional.

Entonces, al ponderar el área total afectada por el stock ganadero registrado por provincia, según el último dato publicado por el SENASA (stock al 31 de diciembre de 2021), la distribución cambia significativamente. 

Sobre la base de este cálculo, Buenos Aires concentra cerca de 10 millones de cabezas bajo áreas afectadas, una cifra semejante se encuentra localizada entre las provincias de Santa Fe, Entre Ríos y Córdoba, mientras que algo más de 6 millones de animales son los que actualmente están sufriendo las peores condiciones de sequía en las provincias del NOA y NEA.

En concreto, a nivel nacional, prácticamente la mitad del stock ganadero (48%) se encuentra en áreas afectadas por la sequía, lo que representa unos 26 millones de cabezas bajo riesgo climático.

Los efectos que dejará la seca aún resultan muy difíciles de calcular puesto que esta fase climática aún no se ha dado por concluida. Por cierto, en uno de los últimos informes de la Guía Estratégica para el Agro de la BCR se menciona que el calentamiento de las aguas del Océano Pacífico está yendo a un ritmo más lento que lo que se proyectaba. 

La predicción meteorológica, que integra los 12 de los modelos más consultados del mundo, muestra aún para febrero y marzo lluvias inferiores a lo normal en la Argentina, algo que estaría posponiendo el escenario de recuperación de reservas hídricas previsto inicialmente para febrero.

De concretarse estos guarismos, los efectos que hoy ya se están viendo reflejados zonalmente en una mayor mortandad de animales, podrían terminar incidiendo de manera más significativa en los índices generales a nivel país. 

Sólo a modo de referencia, apenas un punto adicional sobre la tasa promedio de mortandad de animales (2% a 2,5% anual), implicaría unos 500.000 animales menos en el stock nacional, apuntan los especialistas del mercado ganadero de Rosario.

 

Estrategias de los ganaderos para no perder tanto

Y ante el lamentable escenario de escasez generalizada de recursos forrajeros, la forma de minimizar la mortandad de animales, especialmente de las vacas recién paridas, es anticipar los destetes, impacto que se podría estimar en unos 20 a 30 kilos menos por ternero logrado. 

Otra de las vías para intentar acotar la pérdida es enviar a faena toda la hacienda flaca con escasa posibilidad de supervivencia, algo que también reduciría la cantidad de kilos de carne que se estarían dejando de incorporar. 

De hecho, en los últimos meses del año pasado aumentó la faena por esta decisión y en el acumulado llegó a 13,5 millones de cabezas, con una suba del 3,9% interanual y la producción total de carne del 2022 aumentó 5,1% en forma interanual, con 3,13 millones de toneladas.

Pero cualquiera sea el paliativo que intente aplicarse ante esta desesperante situación, el impacto a nivel productivo resulta inevitable con daños que se irán ponderando a medida que esta hacienda vaya llegando al mercado, tanto en el corto como en el mediano y largo plazo.
 

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