
Luego de varios reclamos sin respuesta, un grupo de vecinas y vecinos del Barrio Villa Elvira realizaron una “vaquita” para recaudar fondos con el objetivo de arreglar los caños de desagues por donde se derramaba el agua que inundaba las calles.
En 600 entre 116 y 116 bis, las vías de acceso solían estar anegadas y no siempre correspondía a las inclemencias climáticas, sino a que el daño que poseían las tuberías de desagote dejaban intransitable la zona, por lo que desde esta organización vecinal desafiaron la ignorancia de las autoridades.
Según publicó El Día, uno de los vecinos llamado Ariel reclamó: “Nos cansamos de tomar agua de parado con cada tormenta”. Inclusive, retrató: “Es una cuadra que se inunda siempre. Hemos hecho muchos reclamos en la Delegación. Es una problemática de toda la vida que ahora se agravó porque están todos los caños tapados y la zanja entubada quedó baja”.
De esta forma los frentistas sortearon los tiempos burocráticos de la intervención estatal o de lo que tarda la asistencia de algún dirigente político que se involucre con la cuestión, ya que decidieron arreglarlo por su propia cuenta a costas de recaudar el dinero necesario para este arreglo específico que necesitaba el barrio.
Conforme informó el mencionado medio, el aporte de las vecinas y los vecinos consistió en una obra que salió “60 mil pesos”. ”Lo vamos a juntar entre los vecinos. Cada uno va a aportar lo que pueda. Es a voluntad”, confió, por su parte, otro de los frentistas, con lo que dio cuenta la organización de casi 60 personas que gestionaron el arreglo.
[Delegaciones sin efectividad]
Desde hace años funcionan, al menos administrativamente, las delegaciones en la Ciudad de La Plata. En ese reparto, hay sitios definitivamente olvidados (como el mencionado), que se encuentra dentro del gran sector de Villa Elvira, con complejidades disímiles de acceso a los derechos universales básicos como el acceso a los servicios públicos.
Si bien esa discusión no compete a la cuestión de que un grupo vecinal debió reunir dinero para arreglar algo que debe solucionar el Gobierno local, la crisis sociohabitacional deja cada vez más personas postergadas. Y, en esa línea, la gestión de las y los autoconvocados de Villa Montoro no solo dio cuenta de desidia política, sino también de la ineficiencia estatal a la hora de aplicar el uso de los fondos que aportan los contribuyentes.
Ante el pragmatismo del grupo vecinal que decidió atender el problema ante la inacción de las y los dirigentes y autoridades regionales, se impone un debate por la administración efectiva de los recursos públicos en favor de las ciudadanas y los ciudadanos ya que es labor del Estado local atender estas damnificaciones.