Por: Juan Pablo Peralta
Aún retumba en Balcarce 50 la suerte de “cabildo abierto” que se desarrolló el viernes pasado en el acto por el Día de la Democracia, de los Derechos Humanos, y a dos años de la asunción de la fórmula del Frente de Todos que llegó al poder el 10 de diciembre de 2019. Obviamente, los protagonistas del contrapunto -a cielo abierto- fueron la vicepresidenta, Cristina Kirchner y quien ocupa el sillón de Rivadavia: Alberto Fernández. El jefe de Estado, que cada vez que atraviesa una aparición pública con la actual senadora, pareciera padecer la obligación de tener que revalidar su cargo y posición.
Ya antes de que los oradores salieran a Plaza de Mayo (incluídos Luiz Inácio Lula Da Silva y José Mujica), en el Museo del Bicentenario de Casa Rosada se entregaron los premios Azucena Villaflor a figuras vinculadas a la defensa de los DD.HH. Allí unos cuantos funcionarios -que juegan en la interna oficialista- se miraron dibujando en el aire un imaginario: “¿Escucharon no?”. Ocurrió cuando el “aplausómetro” marcó claras diferencias al momento en que fueron nombrados y presentados Cristina y Alberto. Los decibeles dieron igual resultado en la calle, pero esta vez CFK compartió el cariño popular con los expresidentes de Brasil y Uruguay. De todos modos, Fernández soportó estoico las demostraciones del poderío y mando del que goza la líder del kirchnerismo entre los suyos, quienes acudieron a vitorear a su jefa política.
Ella y su hijo Máximo habían decidido días antes que no permitirían que se repitiera lo ocurrido el 17 de noviembre (el Día de la Militancia), cuando el titular del Poder Ejecutivo tuvo un mini 17 de octubre, pero no espontáneo, sino dirigido por la CGT (de los Gordos), varios intendentes bonaerenses, y las organizaciones sociales albertistas. Nos referimos a los mismos actores que esta vez casi desactivaron su participación en la actividad copada por La Cámpora y las bases territoriales de los movimientos sociales que se sienten traicionadas por los jerarcas que hoy ocupan cargos en secretarías de Estado del Ministerio de Desarrollo Social y Jefatura de Gabinete, hablamos especialmente de Emilio Pérsico, Fernando “Chino” Navarro, (Movimiento Evita), y Daniel Menéndez (Barrios de Pie).
Las diferencias fueron expuestas públicamente cuando después de destacar la figura de las Madres y Abuelas -que no cejaron nunca en la búsqueda de sus hijos y nietos durante la dictadura cívico-militar-, la vice le pidió al jefe de Estado que "convoque a todos los partidos con representación parlamentaria para que le digan al FMI que no se va a aprobar ningún plan que no sea el que permita esta recuperación económica". A lo que el mandatario respondió: "Tranquila Cristina, no vamos a negociar nada que ponga en riesgo eso; no tengas miedo".
Después de la puesta en escena donde la expresidenta comandó el evento agitando al público y bailando sobre el final, la cuenta regresiva del Presupuesto a tratar en el Congreso empezó a correr sin tener un solo dato sobre el misterioso Plan Plurianual de Martín Guzmán (Economía), ese extraño dispositivo que sigue siendo un secreto y que es temido por el ala kirchnerista. Más allá de las disputas -delante y detrás de escena- no faltaron los que desdramatizaron las diferencias, tal el caso del ex viceministro de Economía de Axel Kicillof, Emanuel Álvarez Ágis, quien afirmó que “es una estrategia de negociación, similar a la del policía malo y el policía bueno”.
Más allá de los hermeneutas de la realidad, está claro que el organismo financiero internacional que dirige Kristalina Georgieva, reclama que la Argentina reduzca su déficit fiscal y que detenga la emisión monetaria. Pese a que el titular del Poder Ejecutivo asegure que “la Argentina del ajuste se terminó”, en los pasillos del palacio rosado no hay funcionario que deje de reconocer que no existe antecedente alguno de una firma de acuerdo con el Fondo donde no se haya ajustado. En off también aseguran: “Y Cristina lo sabe tanto como Alberto”.
Lo que nadie esperaba después del intercambio de frases entre los dos protagonistas del FdT, era que Máximo Kirchner volviera a la sede de Gobierno para participar de la entrega de Becas Progresar, junto a la titular de la ANSES, Fernanda Raverta. Según algunas gargantas profundas, ni el propio Fernández aguardaba la presencia del jefe de su bloque en la Cámara baja, además de caudillo camporista, y próximo capitán del PJ bonaerense. Algo que genera recelo entre los intendentes que juegan con Alberto, quien en devolución a quienes se ocultan detrás de Fernando Gray (intendente de Esteban Echeverría que se animó a presentar un recurso judicial contra la llegada de Kirchner a la conducción del partido en la PBA), no asistirá a esa polémica asunción este sábado 18 de diciembre. Sobre la supuesta mala relación entre ambos, la vocera de Presidencia salió a desmentir lo que adjudicó exclusivamente a los medios de comunicación. La cuestión es que varios operadores gubernamentales son los que circulan esa versión, y cuando Cerruti contradijo eso, no dudaron en citar un viejo axioma: “Siempre se afirma por negación”. La certeza que nadie niega, es que con el único que no hay vuelta atrás, es con Eduardo “Wado” de Pedro (Interior), con quien Fernández mantiene relaciones de tipo diplomáticas regadas de permanente desconfianza y sospechas mutuas.
De todos modos, las usinas informativas del oficialismo insisten en hacer correr las buenas noticias que surjan, por ejemplo, el dato del Sistema Integrado de Previsional Argentino (SIPA), que garantiza que se recuperaron 360 mil empleos antes de la pandemia. Para llegar sin problemas a terminar este mes de diciembre, el Gobierno también inyectó unos 72.000 millones de pesos dirigidos al plan Potenciar Trabajo y diversas partidas dedicadas a políticas alimentarias (comedores, merenderos y bolsones de comida). Algo que de todos modos no detiene las protestas callejeras de organizaciones alejadas de la administración frentista.
El martes Fernández retomó su raid de Capitales Alternas, esas visitas con gran parte de su Gabinete con el fin de repuntar el federalismo. La provincia elegida fue Tucumán, donde otra vez Juan Manzur, y su enemigo íntimo, Osvaldo Jaldo (gobernador a cargo del Ejecutivo provincial) fueron los anfitriones en la localidad de Monteros. Ya fueron tantas las visitas a ese territorio (antes y después de asumir la presidencia) de Fernández, que muchos bromeaban en las galerías de Casa de Gobierno con que, “en cualquier momento, Alberto empieza a gobernar desde allá”. El titular del Ejecutivo no defraudó las humoradas y desde allá propuso que la Capital Federal tendría que estar en algún lugar del norte. Algo impensado en este momento de crisis económica, pero que mantuvo ocupada unas horas la agenda mediática, a la que se subieron otros dirigentes a los que les gusta centralizar la opinión pública como Juan Grabois, quien desde el Movimiento de Trabajadores Excluidos (MTE), hasta propuso hacer una consulta popular al respecto.
Entre tanto, desde la Secretaría de Comercio Interior, Roberto Feletti, entiende que el congelamiento del valor de los productos de consumo masivo está dando resultados, con esa lógica dedujo que la desaceleración de la inflación que dio a conocer esta semana el INDEC tiene que ver con esas iniciativas. El Índice de Precios al Consumidor dio un punto menos que en octubre: 2,5 por ciento, aunque con un acumulado anual de 51,2%. Por eso empieza a cerrar -con el visto bueno de frentetodistas de todas las ramas- un acuerdo de precios para el año que viene. Lo mismo ocurrió entre el ministro de Agricultura, Ganadería y Pesca, Julián Domínguez y poderosos sectores cárnicos que llegaron a un entendimiento que garantizaría disponibilidad y valor de cinco cortes parrilleros para la Navidad y el Año Nuevo. Medida de corto plazo, pero celebradas por quienes desde sus despachos en la Rosada no ven la hora de que termine el 2021.
Por otro lado, quedó oficializado el pase sanitario a partir del 1 de enero, ya no solo para eventos masivos sino en lo que tenga que ver con todas las actividades que se consideren de mayor riesgo sanitario. Las críticas que desestimó la portavoz Cerruti al respecto, tuvieron que ver con que la decisión fuera tomada después de la masiva convocatoria a Plaza de Mayo para celebrar los 38 años de democracia, pero aprovechó para destacar que el pasaporte generó que muchas personas asistieran a inocularse con las segundas dosis que aún no se habían aplicado.
En Casa Rosada hay algo sobre lo que no se puede tener dudas, la dinámica externa e interna es tan abismal que en un mismo día se puede reclamar desde el Salón de Conferencias del segundo piso que la oposición apoye el Presupuesto 2022, en ese mismo transcurso de tiempo, la Corte Suprema de Justicia de la Nación declare inconstitucional la reforma del Consejo de la Magistratura impulsada por el ala cristinista (en la que el máximo tribunal exhorta al Congreso a dictar una nueva ley y ordena, que hasta entonces, se vuelva a un órgano de 20 miembros con el presidente de la SCJN encabezándola) y que eso motivara en pocas horas que el Ministro de Justicia, Martín Soria, corriera al despacho del jefe de Estado para analizar cuál será la estrategia a seguir.
Pocas horas antes, el mandatario sonreía en el Museo del Bicentenario junto a Raverta (ANSES) y un grupo de jubilados y pensionados a los que les anunció un bono de 8 mil pesos (por única vez) para los que perciben la mínima de $29.062 pesos, y entregó la jubilación 50 mil por tareas de cuidado, más la jubilación anticipada número 2000, para personas que quedaron desempleadas y no consiguieron trabajo. La música de un grupo andino -que amenizó la velada- se mezclaba con una fantasmagórica melodía que acompañaba la potenciación de la pelea con la familia judicial.
Desde ese sector de la Justicia no todas fueron malas noticias. Los principales accionistas del Grupo Indalo, corporación fundamental para el corazón mediático del kirchnerismo, Lázaro Báez y Fabián De Sousa fueron absueltos en el juicio que se les seguía por evasión impositiva en la empresa petrolera Oil Combustibles. Quien sí fue condenado por la misma causa, algo que para algunos resulta en beneficio de CFK, fue el ex titular de la AFIP, Ricardo Echegaray, el hombre que termina con cargos por administración fraudulenta por colaborar en la evasión de los socios en Indalo.
Al cerrar un viernes vertiginoso, en el que Alberto Fernández participó temprano (y de manera virtual) en la cumbre del MerCoSur, con un discurso en el que convocó a que los beneficios de la recuperación económica lleguen a toda la población, la tormenta interminable que acabó con la Ley de Leyes sin aprobación en el Congreso, recayó sobre los hombros de Máximo Kirchner. Ocurrió luego del discurso que tal vez adelantó lo esperado, y que determinó que poco después el propio Presidente hiciera uso de la normativa 24.156 que le otorga la potestad de prorrogar el Presupuesto vigente. Decreto que le permitirá al Gobierno disponer de los fondos públicos de manera discrecional, y que, desde la óptica de la oposición, lo favorece.
La otra cita importante -al concluir cinco días intensos- fue con la titular del FMI, Kristalina Geogieva, quien en teleconferencia con Guzmán y Fernández intentaron (desde la Residencia de Olivos) fijar un rumbo con el fin de establecer la instancia que supere el “entendimiento”, es decir, sellar el acuerdo que permita fijar pautas para pagar los 44.000 millones de dólares que se le otorgó a Cambiemos y a su otrora líder, Mauricio Macri. Esa sigue siendo la bomba que intenta desactivar el Frente de Todos, en sus diversas facetas y visiones. La única que le dará oxígeno durante los próximos dos años de gestión.