
Después de la derrota oficialista del 12 de septiembre en las PASO, ya no hay fines de semana sin novedades provenientes desde el corazón mismo de la alianza gobernante. Tal es así, que el sábado pasado desde el despacho que da al Patio de las Palmeras y que todos conocen como “La Remisería”, (por sus características estéticas) donde funciona el ministerio del Interior, se supo que Paula Español se incorporaría a la cartera que dirige Wado de Pedro para dejar la Secretaría de Comercio Interior. Lo relevante era que quien ocuparía el cargo que dejó la dirigente kicillofista sería el economista Roberto Feletti, exvice de Hacienda de Amado Boudou.
Con su nombre, empezaron a circular rumores (generados) sobre la llegada de inminentes controles de precios, esto, debido a las subas que la anterior funcionaria no había logrado domar. Esto duró como runrún hasta que se anunció oficialmente, cinco días después, que 1247 productos alimenticios, de limpieza, bebidas, y otros que completarán la lista de “Precios Cuidados”, deberán retrotraer sus valores al 1 de octubre y mantenerse por 90 días (hasta el 7 de enero). Las remarcaciones incontrolables en las góndolas estuvieron a la orden y sin piedad. De hecho el propio Feletti reconoció que en 15 días hubo un 82 por ciento de incrementos.
El lunes, feriado puente previo al Día del Respeto a la Diversidad Cultural, el presidente Alberto Fernández llegó a Tucumán invitado por su jefe de Gabinete y gobernador en uso de licencia, Juan Manzur, para visitar unos emprendimientos productivos (a futuro), y encabezar un acto que muchos identificaron como el verdadero comienzo de la campaña de cara a las legislativas del 14 de noviembre. El titular interino del Ejecutivo tucumano, Osvaldo Jaldo, mostró una sobreactuada unidad con su enemigo íntimo, ahora con despacho en Balcarce 50, y el mandatario dejó varios mensajes a sus aliados y opositores. En primer lugar llamó a la unión en el Frente de Todos, destacó su plan sanitario, y volvió sobre el eje de críticas al macrismo, haciendo foco en el endeudamiento con el FMI. También puso en práctica el nuevo y breve slogan electoral que el Gobierno le compró al asesor catalán, Antoni Gutiérrez Rubí: “Sí”. Arrojado al cesto de basura el caduco “La Vida que Queremos”, no fueron pocos los susurradores de pasillos en Casa de Gobierno que decían: “Parece el Sí se puede de Cambiemos”.
Por su parte, Manzur no perdió la ocasión para bajarle el precio a la vicepresidenta Cristina Kirchner, especialmente cuando manifestó, textualmente: "El 14 de noviembre, ahí es donde se define todo. Ahí es donde tenemos que mandar a nuestros diputados, senadores, a que defiendan nuestro proyecto político, el del peronismo, que hoy lleva adelante Alberto Fernández".
Poco duró la fiesta, porque mientras esto pasaba en los pagos del ministro coordinador, su subalterno en Seguridad de la Nación, Aníbal Fernández, no tuvo mejor idea que responder un tuit (que a una mayoría le resultó amenazante) al historietista Cristian Dzwonik, más conocido como Nik, el cual generó una ola de repudios que puso en rojo a los grupos de WhatsApp de los hombres y mujeres de la administración central. Allí se le exigía al multifacético dirigente de gruesos bigotes que saliera a pedir disculpas públicas, porque los primeros perjudicados, y quienes pusieron el grito en el cielo antes que nadie, fueron los candidatos de la coalición gobernante. Hasta el radical kirchnerista, Leandro Santoro, expresó que no le gustó lo de Aníbal y agregó que “cualquier referencia directa o indirecta a los hijos es inaceptable".
En esa línea se manifestaron otros integrantes del Gobierno, tal el caso de Manzur, quien a pesar de decir que “fue muy desafortunado”, se quedó con las disculpas del ministro, pero hizo cargo al jefe de Estado sobre la elección de sus asistentes cuando se le preguntó si se le debería pedir la renuncia.
En la tarde del martes, el propio titular de la cartera de Seguridad ingresó por la explanada de la sede del Ejecutivo para, según él, ver a su par de Interior, Eduardo de Pedro, por temas electorales. En verdad fue al primer piso, al despacho de su amigo Alberto Fernández. Ahí, acordaron insistir en bajar el tono a lo sucedido. Sin embargo, al salir del encuentro, que duró una media hora, se acercó a hablar con el periodismo acreditado y afirmó que él “no hizo nada malo” y que “fue un debate”. Para cerrar y con su clásico tono aseguró: "Yo no vi nada de lo que leyeron y no me arrepiento".
La participación del primer mandatario en reuniones virtuales desde la Residencia de Olivos, como por ejemplo una del G-20 sobre la crisis en Afganistán, y las visitas “de proximidad” a vecinos y fábricas como Toyota, se mantuvieron en las últimas jornadas pero con menor asiduidad. Más abultada y activa estuvo la agenda de Manzur con entrega de tarjetas a clubes de la Ciudad Autónoma de Buenos junto a Matías Lammens, inauguraciones como la del Edificio 7 en el Hospital el Cruce de Florencio Varela, reuniones con gobernadores como el neuquino, Omar Gutiérrez, y otros tantos cónclaves con varios de sus ministros.
Si hay algo que sobresalió en el mediodía del martes fue la entrevista que se dio en el palacio gubernamental entre empresarios del denominado “Círculo Rojo”, como Marcos Bulgheroni de Pan American Energy, Marcelo Midlin de Pampa Energía, Jorge Brito de Banco Macro, Javier Madanes de Aluar y Francisco de Narváez, entre otros, y representantes del Gobierno comandados por el presidente Fernández y Manzur, el jefe de la Cámara de Diputados, Sergio Massa, y el principal representante de CFK: Wado de Pedro. Entre el lujo de los langostinos, ojos de bife y huevos poché, los jerarcas del FdT informaron a los CEOs que el acuerdo con el FMI está encaminado para cerrarse en el primer trimestre del 2022 debido a la discusión que continúa con el organismo sobre el cobro de sobretasas que llegaría a unos 900 millones de dólares al año. Los invitados al banquete pidieron que se analice la posibilidad de eliminar la doble indemnización y la prohibición de despidos, con la justificación de atraer inversiones.
A las pocas horas, los mismos referentes de las principales firmas de la Argentina que participaron del convite, se enteraron que comenzaba el plan de regulación de precios por tres meses, al que sintieron como una imposición y una suerte de traición. En las galerías de la Rosada se vio circular al presidente de la Cámara Argentina de Comercio, Natalio Mario Grinman, quien al ser consultado por la prensa acreditada expresó que “la verdad es que los controles de precios solucionan el problema a cortísimo plazo" pero “no han funcionado”, y apuntó además, que la inflación es un tema endémico en la Argentina. “Hay países del mundo a los que les ha llevado 10 o 12 años bajarla, acá tenemos una cultura inflacionaria y muchos se sienten cómodos, hay quienes ganan mucho dinero con ella y otros que no, pero generalmente el que menos tiene es el que más se perjudica. Acá tenemos en un mes la inflación que los países de la región tienen en un año, hoy no hay precios relativos, los empresarios no tienen noción de lo que les va a costar la reposición”, cerró el mandamás de los comerciantes.
Mientras que los números que observaba el oficialismo sobre los resultados electorales denotaban que por ahora no hay mejoría en la cantidad de votos, en las oficinas del Poder Ejecutivo llegaba un dato que fue tomado de manera optimista; Kristalina Georgieva fue ratificada como directora gerente del Fondo Monetario Internacional. Algo que Fernández y Martín Guzmán leyeron como la obtención de más posibilidades para cerrar un acuerdo con la institución financiera lo antes posible.
En el marco de la crisis, que de todos modos no se llevó puesto a Aníbal, comenzó la estrategia para desactivar el acto programado para el domingo 17 de octubre en Plaza de Mayo, para que se hiciera únicamente el de la CGT frente al Monumento al Trabajo el lunes 18. A la vez, desde el Coloquio de IDEA (que este año se realizó en Costa Salguero y no en Mar del Plata debido a la pandemia), los empresarios remarcaron que “hay una crisis de confianza” en el país. En ese ínterin, llegaron a Balcarce 50 los datos del INDEC que ratificaron la mala nueva: la inflación del pasado mes de septiembre se incrementó al 3,5%, con una suba interanual del 52,5%. Esa cifra preocupante dejó de lado los comentarios y charlas de patios internos rosados, sobre el debate de los candidatos a diputados por la Ciudad Autónoma de Buenos Aires del día anterior, donde la performance de Santoro fue catalogada por un operador kirchnerista de la Casa como “tibia, y demasiado moderada teniendo a Vidal enfrente”.
Este jueves, Manzur partió rumbo a Nueva York en el avión sanitario de su provincia de Tucumán, algo que generó polémica debido a que había dos naves presidenciales a disposición. Lo hizo acompañado de su flamante esposa y con el fin de participar junto a Guzmán de un cónclave con inversionistas y tenedores de bonos de deuda argentina. Por su lado, Fernández siguió su actividad local en la sede de la Unión de Trabajadores del Turismo, Hoteleros y Gastronómicos de la República Argentina (UTHGRA) para firmar convenios con el sector. En la sede de la Avenida de Mayo al 900, el Presidente cargó otra vez contra los planes sociales mientras las arterias porteñas eran testigo de otra jornada de cortes de calles de organizaciones sociales (no oficialistas), que reclamaban trabajo genuino, pero a las que el ministro de Desarrollo Social, Juan Zabaleta, que también participó del acto, les respondió aseverando que se trata de “movidas electorales donde se toman actitudes políticas que le parecen mal”.
Entre tanto, otra vez la interna del FdT hacía redireccionar decisiones. Alberto Fernández emitió un comunicado como jefe del PJ Nacional para finalmente convocar a movilizar el Día de la Lealtad. Antes lo había hecho el secretario general de La Cámpora y ministro de Desarrollo de la Comunidad bonaerense, Andrés “Cuervo” Larroque, y desde Madres de Plaza de Mayo, Hebe de Bonafini. En el caso de la Asociación de Derechos Humanos, para reclamar además por el no pago de la Deuda Externa.
Al caer el sol sobre Buenos Aires, y a través de su cuenta de Twitter, Fernández anunció que designó como portavoz de la Presidencia a la ahora exdiputada Gabriela Cerruti. “Estará a cargo de la Unidad de Comunicación de Gestión Presidencial”, escribió el mandatario y esgrimió que es un nueva figura que tomó “de algunas democracias europeas”. En el mediodía del viernes, la flamante vocera se acercó a la sala de periodistas de Casa Rosada donde dijo que “va a transmitir las informaciones oficiales del Gobierno, no solamente en los anuncios, los hechos que vayan a suceder, los temas que nos importan y nos preocupan, sino también las ideas y el rumbo del Gobierno”, y que estará disponible para que la prensa pueda chequear toda la información, para que lo que se publique sea finalmente información cierta, verídica, “así la misma no se manifiesta como rumores o noticias falsas”, expuso la funcionaria con jerarquía de ministra. Se entiende que este cambio pretende cambiar el manejo errático y poco confiable (para parte de la coalición gobernante), del dispositivo que dejó en Balcarce 50 el saliente ex secretario del área, Juan Pablo Biondi, con sus brazos ejecutores: Juan Ross, que por ahora ocupa su lugar, y el segundo de ambos, Marcelo Martín. Un singular personaje de Tierra del Fuego que está en la mira de las autoridades debido a varias denuncias por maltrato y permanentes trabas a la Libertad de Expresión y desarrollo de la actividad de los periodistas.
El último día de la semana, el titular del Ejecutivo nacional fue invitado a cerrar el Coloquio del Instituto para el Desarrollo Empresarial (IDEA), donde prometió que la prohibición de despidos y la doble indemnización “no van a sostenerse en el tiempo”, y apuntó que “la asistencia del Estado no puede ser el remedio para la falta de empleo”, porque “es solo un paliativo para sobrellevar la pobreza”. Asimismo, el jefe de Estado señaló que “no existe otro remedio que la inversión privada, que asocia el capital al trabajo, para lograr un desarrollo sostenible en nuestra sociedad”, y cerró afirmando que “para que Argentina retome su rumbo, debe resolver definitivamente el problema de la deuda que heredamos”. De Costa Salguero, Alberto Fernández voló a La Matanza para firmar un convenio con el intendente Fernando Espinoza, relacionado a la construcción de un polo científico, tecnológico y de innovación productiva con inversión del Ministerio de Ciencia y Tecnología de la Nación.
El mes que queda antes de las legislativas, el Gobierno prevé mantener cualquier elemento perturbador fuera de la contienda electoral. Para es,o infiere que tiene que demostrar unidad, un importante grado de ordenamiento y moderación en lo que se comunica, incrementar las aperturas sanitarias, ir dejando cada vez más de lado el tema de la pandemia, reactivar la economía (en buena relación con el empresariado y los organismos de crédito), y principalmente, contener la suba de Índices de Precios al Consumidor. La lógica de que la gente vota con el bolsillo es la máxima que resuena en las usinas del Frente de Todos.