
El escándalo por el presunto pedido de coimas por parte del Ministerio de Salud brasileño al laboratorio AstraZeneca se cobró el primer cargo este miércoles, cuando el director de Logística de la cartera, Roberto Ferreira Dias, fue despedido.
Se trata del hombre acusado de pedir un retorno de un dólar por cada dosis de AstraZeneca que comprara la administración de Jair Bolsonaro. La denuncia fue presentada por Luiz Paulo Dominguetti, representante de la empresa estadounidense Davati Medical Supply en el país sudamericano.
La firma sería una intermediaria en el proceso de compra venta entre el laboratorio y el Estado, a pesar de que la entidad fabricante del suero negó -al igual que en su momento lo hiciera Pfizer en nuestro país- que trabajen a través de este mecanismo.
Dominguetti le confío al diario Folha de San Pablo la información detallada sobre el momento y el lugar en que le fue solicitada la coima, y la noticia fue tapa del medio este miércoles. El hecho trascendió luego de un escándalo previo por la sobrefacturación de un contrato en la compra de partidas de vacunas Covaxin, de la India.
Desde hace un tiempo, diferentes situaciones de corrupción no esclarecidas vienen erosionando la imagen del presidente, sumados a la poco ortodoxa gestión de la pandemia de Covid-19 que le ha valido duras críticas internas.
Ya durante el año pasado, Jair Bolsonaro atribuyó a los medios opositores las suspicacias en torno a la ejecución de presupuesto en alimentos, cuando se gastaron 1.800 millones de reales; incluyendo pagos de varios millones por productos insólitos como chicles, pasas de uva, snacks de comidas chatarras o leche condensada.
Recientemente, el polémico mandatario negó que hubiera sobreprecios ni “nada erróneo” en el contrato con el laboratorio indio Bharat Biotech, a pesar del alerta de funcionarios del propio Ministerio de Salud. No obstante, tras auto-describirse como “incorruptible”, advirtió que tomaría medidas si se probaban hechos de corrupción.
Es por esto que el despido de Dias es interpretado como una señal política de admisión de las irregularidades de las que acusan a la cartera sanitaria por estas horas.
El denunciante aseveró que el ahora ex funcionario le informó que, para lograr un acuerdo y firmar un contrato, había que pagar un “peaje” que consistía en un dólar por dosis. Cabe aclarar que Brasil negociaba por una partida de unas 400 millones de vacunas de AstraZeneca, lo cual hubiera significado el pago de US$400.000.000 en concepto de coimas.
Por el momento, el bloque de diputados oficialistas viene bloqueando los pedidos de juicio político al jefe de Estado. El titular, Ricardo Barros, del Partido Progresista (PP), se encuentra vinculado a los protagonistas de estos hechos de corrupción ocurridos en la cartera sanitaria.
El legislador había sido ministro de Salud de Michel Temer y durante la gestión de Bolsonaro la dirección del área gubernamental quedó en manos del PP. A su vez, el presidente de la Cámara de Diputados, Arthur Lira, es quien mantiene sin efecto unos 120 pedidos de juicio político a Bolsonaro.
Las repercusiones que puede llegar a tener este nuevo escándalo, cuyos hechos corresponden al pasado 25 de febrero en un restaurante ubicado en un shopping de Brasilia, por ahora se limitan al terreno de la especulación.
Lo cierto es que Dominguetti ya fue citado por una comisión del Senado que investiga las irregularidades del Gobierno en la gestión de la pandemia; y la proliferación de este tipo de graves acusaciones no abonan un futuro auspiciante para un presidente que, hasta hace meses, aún sostenía considerables intenciones de voto entre los brasileños.