
A poco más de 90 días del ascenso a la presidencia de Joseph Biden Jr., tras una campaña centrada, entre otras cuestiones, en saldar las deudas de la administración Trump con las minorías en general, y con la comunidad negra en particular, los Estados Unidos viven jornadas agitadas en relación al racismo y la violencia policial.
Este miércoles, el ex oficial de la Policía, Derek Chauvin, fue encontrado culpable en el juicio por el homicidio de George Floyd en Minneapolis, Minnesota, el 25 de mayo del año pasado. Al conocer la noticia, el mandatario consideró que el país está “en un momento de cambio significativo” y se comunicó con la familia de la víctima.
El caso cobró trascendencia mundial y expuso aún más la violencia racial que sufren los afroamericanos a diario a la vez que los abusos de las fuerzas de seguridad en el país norteamericano.
En Estados Unidos, el asesinato provocó la implosión de la rabia social en torno al racismo y se tradujo en una serie de violentos levantamientos en diferentes ciudades del país.
Meses antes, a mediados de febrero, el brutal asesinato del joven Ahmaud Arbery en un suburbio de Brunswick, Georgia, a manos de un ex policía y su hijo, mientras la víctima se encontraba haciendo ejercicio a la vera de la calle, ya había generado fuertes repercusiones. Celebridades como Lebron James se manifestaron ante el horroroso video viralizado.
Las numerosas noches de protesta a lo largo de todo el país, integradas fundamentalmente por la comunidad afroamericana, terminaron empoderando en el movimiento Black Lives Matter (las vidas negras importan), que denuncia estos hechos desde hace años.
This is so damn disrespectful. George Floyd didn’t choose to die @speakerpelosi. He was murdered by a killer cop operating through white supremacy. There isn’t justice here. https://t.co/gNZQu3nzXg
— Black Lives Matter (@Blklivesmatter) April 21, 2021
La condena a Chauvin por los cargos de asesinato en segundo grado, asesinato en tercer grado u homicidio involuntario, llegó en un contexto de inesperada tensión entre la comunidad negra, las fuerzas de seguridad y el Gobierno de Biden.
Si bien el fallo, tras el cual se le revocó la libertad bajo fianza al acusado, representa un gran avance en la lucha contra las injusticias imperantes en los Estados Unidos, Black Lives Matters venía denunciando la fuerte militarización de los barrios.
“Los primeros 100 días de Biden terminan en 10 días. Para entonces necesitamos #End1033 (terminar el programa 1033), que transfiere equipo militar a la policía de todo el país, incluida la policía escolar y del campus. ¿Otro ejemplo? Los militares que ven en sus calles antes del veredicto de Chauvin”, publicó el martes el movimiento en su perfil de Twitter.
En este sentido, cuestionaron: “Biden está enviando actualmente más equipo militar a nuestros vecindarios que Trump. Leíste bien. Nuestras comunidades están siendo aterrorizadas a un ritmo mayor de lo que lo habían estado con Trump”.
Biden is currently sending more military equipment to our neighborhoods than Trump did. You read that right. Our communities are being terrorized at a greater rate than they had been under Trump.
— Black Lives Matter (@Blklivesmatter) April 20, 2021
Desde BLM están promoviendo la firma de un petitorio para ponerle fin al programa 1033, que dispone la distribución de fuerzas militares en diferentes ciudades del país, a los fines de reforzar la capacidad de las policiales, mientras se continúan registrando eventuales protestas ante nuevos crímenes contra la comunidad afroamericana.
Lamentablemente, en las horas posteriores a la histórica condena del asesino de Floyd, dos afrodescendientes fueron asesinados por fuerzas policiales, lo cual expone a las claras que el conflicto racial y las situaciones de abuso de autoridad lejos están de resolverse por muy simbólico que resulte el fallo.
Una de las víctimas fue una adolescente de 16 años identificada como Ma'Khia Bryant, en Columbus, Ohio. Según detallaron las autoridades, la joven portaba un arma blanca en medio de una pelea y se abalanzó sobre otra, momento en el que los oficiales abrieron fuego y le provocaron la muerte.
La ciudad, cabecera del condado de Franklin, fue escenario de protestas en la noche del miércoles tras la muerte de Bryant.
Video of the crowd marching downtown from my colleague @Bryant10TV @10TV pic.twitter.com/ENx8VTS2JQ
— Angela Reighard (@AngelaReighard) April 21, 2021
En el mismo día, un hombre de 40 años identificado como Andrew Brown Jr. también fue abatido en Elizabeth City, Carolina del Norte, por un agente que se dirigía a entregarle una orden de registro.
Cuando Brown Jr. intentó huir en su vehículo, el policía abrió fuego hiriéndolo de muerte, a pesar de que, según su familia, no era portador de arma.
El pasado 20 de enero, durante su discurso de asunción, el presidente de los Estados Unidos destacó que “nos mueve la demanda de igualdad racial que viene desde hace 400 años” y agregó que “el sueño de la justicia para todos no se va a quedar rezagado”.
En otro de los pasajes de la extensa disertación, Biden aseguró: “Podemos tener justicia racial y hacer que Estados Unidos vuelva a ser el ejemplo del bien en el mundo”.
A poco más de tres meses, las expectativas de la comunidad afroamericana, cuyo aporte en las urnas fue fundamental para vencer en los comicios a Donald Trump, claramente se han visto defraudadas.
Con un discurso más moderado y modales menos grotescos, lo cierto es que el Gobierno socialdemócrata no sólo no ha mejorado sustancialmente la conflictividad racial, sino que, por el contrario, denuncian una escalada del amedrentamiento estatal a los vecindarios de mayoría afroestadounidense.