
Adaptándose a la “nueva normalidad”, miles de bonaerenses sumaron barbijos y alcohol a las reposeras y sombrillas, y partieron durante el mes de enero a disfrutar del mar. La pandemia revalorizó la vida al aire libre y, con los cuidados especiales dispuestos por el gobierno, se animaron a ir en busca del lugar soñado.
Otros miles decidieron quedarse en su casa o alquilar una quinta en la misma ciudad para atemperar las altas temperaturas. Ante la llegada de la “segunda ola” y el descubrimiento de nuevas cepas optaron por ser prudentes.
Oportunamente, la nación y la provincia promovieron protocolos especiales para los veraneantes. Una decisión inteligente, ya que la industria turística sintió fuerte el impacto de la pandemia. Un informe elaborado por el INDEC revela que en noviembre del 2020 los hoteles registraban una disminución de 92,0% de pernoctaciones respecto al mismo mes del año anterior.
En diálogo con PolíticaYMedios, el periodista especializado en Turismo, Javier Carlomagno, valoró que la provincia unificara en un solo fondo al Turismo y la Cultura, a través del Catálogo Turístico y Cultural de la Provincia de Buenos Aires.
No obstante, observó: “como la distribución de los fondos fue indirecta -ya que delegó en los municipios la entrega de los mismos- hubo inconvenientes como retrasos y falta de información para los beneficiarios”.
“El 21 de septiembre se giraron 300 millones a los intendentes. En algunos municipios ese dinero recién fue entregado a mediados de diciembre”, explica Carlomagno, quien de martes a sábado conduce “Turismo y Cultura” por América Sports.
Además, agregó: “Para la segunda edición se creó un nuevo fondo de 500 millones y se dio la posibilidad de que se inscribieran los que todavía no lo habían hecho. El dinero llegó a los municipios a principios de este mes y todavía en algunas ciudades no se sabe cuándo se depositará la plata a los inscriptos. Tampoco se han publicado los listados correspondientes”.
El conductor de Turismo y Cultura, Javier Carlomagno.
El repunte a casi el 75 por ciento del último fin de semana, al que hizo referencia el gobernador Axel Kicillof en Villa Gesell, fue una bocanada de aire puro para una temporada que promediando enero seguía con resultados económicos negativos.
Un operador turístico de Mar del Plata apuntó contra el intendente de General Pueyrredón, Guillermo Montenegro, por la falta de políticas concretas para el sector: “Con una desocupación del 26%, que es el doble de la medida nacional, la temporada es la única esperanza de trabajo para muchos marplatenses”.
En este sentido, profundizó: “La falta de controles para evitar las fiestas clandestinas, los problemas con el transporte público y la inseguridad son algunas de las falencias a las que tampoco está dando respuestas el Concejo Deliberante, con una oposición que se mira a sí misma y tampoco se ocupa de los problemas de los vecinos”.
Mar del Plata el pasado fin de semana llegó al 60% de ocupación, mientras los casos de Covid-19 se mantienen en un nivel alto. Ante esta situación, Montenegro asegura que la temporada no terminará abruptamente, pero para evitar los contagios sólo considera la posibilidad de realizar controles con PCR. Sus declaraciones dan poca tranquilidad a los residentes de la feliz.
Esta temporada está alcanzando un 75% de afluencia turística, más de 3 millones de veraneantes hasta el momento.
— Axel Kicillof (@Kicillofok) January 26, 2021
Con mucho orgullo podemos decir que es una excelente temporada dada la situación. pic.twitter.com/Gkw4rN3Kos
Los balnearios del partido de Tres Arroyos (Claromecó, Orense y Reta), dentro de la limitada capacidad de que disponen, están recibiendo una buena afluencia de turistas que buscan destinos con menor cantidad de visitantes.
“Se pudo visibilizar mejor lo que anteriormente era alternativo, el turismo al aire libre, rural, de naturaleza, cultural, allí hay un camino para profundizar. El interior y los destinos tranquilos fueron más valorados y buscados”, explica Javier Carlomagno.
En Necochea, el intendente Arturo Rojas fue uno de los que dio curso inmediato, en noviembre del año pasado, a los cuatro millones de pesos que recibió de la provincia para ayudar a los prestadores de su ciudad.
Además, amplió los servicios en las playas del sur, con tres puestos más de guardavidas y mejoró los espacios públicos. Es uno de los jefes comunales que valora el esfuerzo realizado desde la nación y la provincia para la temporada de este año.
“Desde el gobierno nacional se implementó el fondo de Auxilio para prestadores Turísticos (APTUR), que es un subsidio directo. Para recibir los fondos se debía aprobar un curso online sobre seguridad e higiene, que aportó elementos para mejorar la atención al público”, explicó.
En ésa línea, detalló: “También hubo aportes no retornables, los REPRO y otros instrumentos según el sector y el volumen de la empresa, más un paquete de créditos a tasa cero. Lo mismo sucedió con el sector cultural, muy ligado al turismo, como los programas Sostener, Fortalecer, y becas, concursos y subsidios para el amplio abanico que abarca a los trabajadores de la cultura”.
El periodista Daniel Juárez, que realizó un relevamiento en los partidos de la costa, le aportó a este medio algunos datos significativos: “En localidades como Santa Teresita los hoteles tienen una ocupación del 40%, algo similar pasa con los alquileres de casas y departamentos. Las ventas en los comercios, comparadas con la temporada pasada, son de apenas un 25%”.
También hay críticas para el Municipio de la Costa por la falta de políticas y ayuda a los emprendedores turísticos, a lo que se suman los alquileres caros que impiden la apertura de nuevos negocios.
“Antes del comienzo del verano, se preveía una temporada corta, y económicamente complicada en los resultados”, afirmó Javier Carlomagno, y añadió: “Muchos prestadores independientes se reúnen virtualmente, crean grupos y se organizan para captar turismo, compartir experiencias, formarse en seguridad e higiene y en el manejo de redes sociales para ofrecer sus servicios”.
A los empresarios les cabe la esperanza de acomodarse a la “nueva normalidad”. Para otros, como Joaquín, un vendedor ambulante de las playas bonaerenses, la preocupación es cómo pasará el resto del año sin IFE y con una temporada nefasta que no mejorará en febrero.