El pasado viernes 15 de enero se cumplió un nuevo aniversario del terremoto de San Juan de 1944, que derrumbó las esperanzas de una provincia en que el desarrollo era dificultoso. Hace algunos días, la capital provincial volvió a temblar, haciéndose eco de tiempos pasados.
Sin embargo, la realidad aquella y la de hoy son bien diferentes ¿Quién, en aquel entonces, podía pensar un presente como el de hoy en día?
San Juan entra brevemente en la historia para recordarnos la colecta que llevó a Evita a los brazos de Perón. No muchos saben que pasó antes y pocos saben que pasó después. Un siglo atrás, Sarmiento, en su célebre Facundo, se indignaba del atraso de su provincia natal. “El mal que aqueja a la República Argentina es la extensión: el desierto la rodea por todas partes y se le insinúa en sus entrañas”.
Las ciudades pastoriles, San Juan entre ellas, son estrechos oasis de civilización rodeadas de desierto. Alguna escuela, algunos trajes, ningún contacto con la civilización europea. Siendo Gobernador, se concentró en sofocar las montoneras y pudo apenas realizar alguna que otra obra pública, algunos caminos y pintar personalmente escuelas.
El ex gobernador sanjuanino y presidente de la Nación, Domingo Faustino Sarmiento.
A la llegada del Peronismo, la provincia continuaba postrada. Habían pasado 100 años de aquellas descripciones sarmientinas.
El terremoto no hizo más que acumular piedra sobre piedra. La reconstrucción fue dificultosa, y el vacío que dejaron los más de 10 mil muertos fue imposible de llenar. No obstante, la antigua aldea colonial, pudo convertirse en una pequeña pero moderna ciudad antisísmica.
La educación no estuvo ausente en la transformación y ya para 1947, se podían cursar estudios universitarios en la provincia aunque no en una universidad propia sino en la de Cuyo, que tenía sede también en su jurisdicción. Hubo que esperar hasta 1973, con el plan Taquini, para dar el puntapié a la Universidad de San Juan en la que actualmente estudian más de 20 mil alumnos.
A pesar de ello, la provincia continuaba rezagada. La raíz del atraso es el rocoso desierto, el enfurecido viento Zonda, las pocas precipitaciones, la imposibilidad de la vida ¿Cómo un desierto podría transformarse en algo productivo? La historia quizá comienza hace no más de 20 años.
El triunfo del peronismo en el año 2003, conduciendo un frente político que incluía una diversa cantidad de actores, fue el marco en el cual se produjeron profundas transformaciones. El puntapié inicial fue la minería, tan cuestionada en Buenos Aires y en el país en general por el impacto ambiental que genera.
Es, desde ya, atendible la preocupación. Pero no la pretensión de transformar al desierto sanjuanino en un desierto al cuadrado. La minería actualmente continúa siendo la principal fuente de trabajo y de generación de divisas, pero se encuentra cada vez más atada a la gestión, al cuidado y al contralor ambiental por parte del estado y de la ciudadanía.
Dos lustros después, con el proceso de transformación iniciado, lograron diversificarse. Aprovechó cada una de las oportunidades que tuvo y es por eso que llegan a este presente. El modelo San Juan, iniciado con la llegada de Sergio Uñac a la gobernación en el año 2015, fijó un esquema de crecimiento sobre la base de la cooperación.
Entre 2015 y 2019, el modelo de inclusión social propició un crecimiento en la matrícula educativa de cerca del 15 %, el mayor crecimiento porcentual a nivel nacional. También la infraestructura tuvo un crecimiento inédito rondando un 30% teniendo como eje viviendas y caminos.
Tras el sismo, el presidente de la Nación, Alberto Fernández, modificó su agenda para visitar San Juan.
El plan director de agua aspira, por su parte, a resolver el estrés hídrico de la provincia, con un horizonte a 50 años, buscando además una cobertura total en cuanto al acceso al agua potable, y cercana al 86% en cuanto a cloacas. La central hidroeléctrica el Tambolar, planea la incorporación de 360 megavatios y una capacidad de embalse de 2000 metros cúbicos de agua.
El turismo experimentó un crecimiento de casi el 500% con cerca de 3 millones de visitas, pasando del 19º puesto al 9º a nivel nacional. La fiesta nacional del sol se convirtió en la frutilla del postre, con la generación de 23 mil puestos de trabajo y la participación de más de 1500 empresas.
El paso de Agua Negra, con los túneles Bioceánicos planificados, es un proyecto estratégico que significaría la consolidación del desarrollo de la provincia. La responsabilidad, en este caso, recae sobre los gobiernos nacionales argentino y chileno.
En Pandemia, el gobernador Sergio Uñac mostró reflejos. La convocatoria a un gran Acuerdo San Juan, sentó a todos los sectores a la mesa. Los logros fueron evidentes.
El gobernador sanjuanino, Sergio Uñac.
No sólo por ser una de las menos impactadas en cuanto a contagios y víctimas fatales, sino porque fue, además, una de las primeras en volver a clases (el gran debate actual). Logró no endeudarse, a pesar de la caída de la recaudación, y no necesitó usar el fondo anticíclico, lo que le permitió una vez más, lograr equilibrio fiscal.
La ejecución del presupuesto fue total, priorizando la salud, seguridad y aquellos sectores golpeados por la cuarentena. Se cumplió con la paritaria con el personal de la administración pública, se otorgaron bonos al personal sanitario y se incrementaron las asignaciones familiares.
La desocupación continúa siendo la más baja del país y los programas de gobierno siguen su rumbo, junto con la entrega de viviendas, la obra pública y la promoción del turismo y el deporte.
También apuntaló y fue protagonista, junto con otras provincias, de la recuperación de la industria vitivinícola que volvió a igualar la producción de años anteriores, y ubicar a Argentina en el 8vo lugar mundial entre los países exportadores; siendo con Nueva Zelanda e Italia, los únicos tres países que lograron hacer crecer el comercio exterior de vinos en este trágico 2020.
La producción política fue, históricamente, la gran ausente en su historia. De los casi 50 presidentes incluyendo los de Facto, uno solo fue de la provincia: Domingo Faustino Sarmiento, quien ocupó la presidencia hace ya un siglo y medio.
La aparición de Sergio Uñac podría cambiar el rumbo. Mientras el Kirchnerismo centra su disputa en la provincia de Buenos Aires, el Sanjuanino aparece como el gobernador con mejor imagen positiva. Puntal de varias leyes de gran impacto, que van desde la suspensión de las PASO hasta el programa de los 1000 días, parece, de a poco, comenzar a proyectar su imagen a nivel nacional.
El proyecto político iniciado en diciembre de 2019, el Frente de Todos -nombre que en cierta medida replica la alianza electoral que Uñac encabezó en su provincia para ganar las elecciones- parece estar sufriendo el desgaste de la crisis sanitaria más extraordinaria que se recuerde.
Mientras que la oposición se reconfigura poco a poco y evalúa opciones, el oficialismo parece repetitivo y rutinario. Las elecciones intermedias serán sin duda difíciles y transitar la segunda mitad del mandato sin sobresaltos parece imposible para el gobierno de Alberto Fernández.
En el día de hoy nos reunimos en @cepal_onu, donde el presidente de Argentina @alferdez brindó una conferencia magistral, repensando la nueva realidad que atravesamos y sus efectos en la actualidad. pic.twitter.com/I11hyN8GJF
— Sergio Uñac (@sergiounac) January 27, 2021
El gobernador sanjuanino acompañó al presidente de la Nación en su viaje presidencial a Chile.
Es indudable que la conducción política, encabezada por Cristina Fernández necesitará opciones si se pretende evitar volver al ominoso pasado. Sergio Uñac, es el gobernador con mejor imagen en todo el país, con una gestión que se puede mostrar con orgullo.
La necesidad de tender puentes con el interior es evidente. Más aún para el peronismo, con la importancia que históricamente tuvo el senado, en especial cuando le ha tocado ser oposición. Hace años que se proclama federalismo, pero Buenos Aires, ciudad o provincia, actúan como antaño, como hermanas mayores que deciden por todos.
En un país en que los presidentes y principales líderes opositores de los últimos años son porteños, o a lo sumo bonaerenses, parece necesario considerar la extensión como signo de potencia.
Por todo esto, parecería que no se trata de dar más o menos espacio a hombres del interior, sino más bien, que ha llegado el tiempo de dar lugar a otra mirada, de ir construyendo opciones y nuevos liderazgos. En esa tarea parece encontrarse el gobernador. Es necesario que la Rosada, el peronismo y el Patria tomen nota.