Mientras por un lado se da la discusión de la política platense centrada en ordenar estructuralmente aquello que acontece en el campo social y cultural, léase circunscripto a la cotidianeidad de los/as vecinos/as. En tanto que, en lo político se batalla territorialmente entre negociaciones, conflictos y rompimientos que parecen algo micro, pero transforman -progresivamente- la realidad. 

Al mismo tiempo que el gobierno del intendente Julio Garro focaliza la atención de la discusión política por la toma de tierras federales en Los Hornos, en Melchor Romero se abrió otro foco de tensión producto de la irrupción de la Corriente Clasista y Combativa, mediante la referenta Hilda López, quien amedrenta y violenta a los/as vecinos/as que no rechazan su autoritarismo y violencia.

En resumen, el acontecimiento viene desarrollándose hace semanas en la zona de 167 y 516 bis en Melchor Romero, donde el Municipio libera la zona al albedrío de quien más se imponga por sus medios. Allí un cúmulo vecinal, abroquelado ante la agresión permanente de López -representante de la CCC- y su séquito, resiste la injusta ocupación de sus propias tierras.

“Compré este lote contando monedas y ahora vienen a amenazarme porque no los dejo habitar mi terreno que intentan usurparme”, se queja, e implora, una vecina regional que manifestó que, por intermedio el dominio de la política territorial de esta persona, sufre la ocupación de su casa y ya no sabe a quién más recurrir.

Otro de los vecinos contó que “vienen a patotear y nos destrozan las chozas que armamos precariamente con algunas chapas”. Así es como se visualiza en uno de los videos, donde el ataque de la puntera en patota es un clásico instrumento para irrumpir en las propiedades privadas de los vecinos y ostentar su poder.

Respecto a la denuncia ya radicada, la vecina principalmente perjudicada que fue golpeada querella la causa que posee la UFI Nº 5, la cual asignó una perimetral que fue constantemente vulnerada por la parte denunciada López que prosigue en su ánimo de ocupación de terrenos. 

En definitiva, los demandados son tanto la ya mencionada puntera como sus familiares que vienen a ser su brazo armado para azotar a los vecinos: Santos, Eduardo, Santiago y Jonatan López.