De Villarino a La Plata: la mala fama de la bonaerense complica al poder político - Política y Medios
05-07-2025 - Edición Nº6364

CASO FACUNDO CASTRO

De Villarino a La Plata: la mala fama de la bonaerense complica al poder político

Más allá de los exámenes de los forenses, el caso está instalado en el conjunto de la sociedad como una pregunta a la que sólo puede dar respuesta el Estado. Desde Villarino a La Plata, fuese que Facundo sufrió un accidente o lo desapareció la policía, las consecuencias políticas son inevitables. 

Villarino es un distrito de poco peso electoral dentro de la sexta sección, donde el protagonismo lo tiene Bahía Blanca. Ubicado al Sudoeste de la Provincia, comparte con Carmen de Patagones los confines de Buenos Aires. Carlos José Ceferino Bevilacqua, su actual intendente, llegó al cargo en el 2015 con Acción por Villarino, aliado a la coalición UNA de Juan Manuel de la Sota y Sergio Massa. En octubre de 2019 fue reelegido con el 38,03% de los votos.

Sin embargo, desde el pasado 30 de abril, su tranquila comarca está bajo la mirada atenta de todo el país: ese día desapareció Facundo Astudillo Castro, un pibe que creció a la orilla del Rio Colorado, en Pedro Luro, una ciudad de poco más de 25 mil habitantes. Todos los que lo conocieron lo describen como alegre, de muchos amigos y comprometido en la lucha contra la violencia institucional.

A pesar de su experiencia política, Bevilacqua no dimensionó desde el primer momento la magnitud de lo que significa una desaparición cuando está la bonaerense está cerca.  

En las calles de Pedro Luro se comenta que el gobierno municipal y diferentes medios de comunicación locales trataron de tapar el caso, que no obstante trascendió antes en los medios nacionales. 

En horas cruciales para las pericias forenses del caso, el resultado no podrá revertir el desgaste político que comenzó con un intendente de los confines de Buenos Aires y que llega hasta el propio Ministro de Seguridad bonaerense, Sergio Berni.

En la arena política regional, Federico Tucat, concejal de Bahía Blanca por Juntos por el Cambio, autoproclama que él y su partido -la UCR-, lograron poner en agenda nacional el tema y cuestiona al Frente de Todos por no acompañar los proyectos que se presentaron para interpelar al jefe de la policía, Aldo Caminada y al responsable político del Ministerio de Seguridad Federico Montero.

Tucat se encargó, además, de llevar el tema al plenario de la UCR provincial, que lo incluyó como último punto del orden del día, cuyo debate condujo a que Daniel Salvador (ex vicegobernador de María Eugenia Vidal), se pronunciara a favor de elaborar un comunicado de apoyo a la familia de Facundo.

Walter Larrea, concejal del Frente de Todos de Bahía Blanca, le respondió a Tucat tratándolo de “carroñero”. En un comunicado esa fuerza política lo acusa de “irresponsable” y se le indica que debería haber ido a la justicia si tales afirmaciones fueran ciertas “en su doble rol de ciudadano y concejal”.  

A la certeza de Cristina Castro, la madre de Facundo, sobre la responsabilidad de la bonaerense y los indicios aportados por sus abogados, se suma la verborragia de los políticos, la mala reputación de la policía, un fiscal denunciado por los organismos de Derechos Humanos, la posición de Berni -que confía en la inocencia de los uniformados- y la preocupación del gobernador Axel Kicillof y el presidente Alberto Fernández para que el caso se resuelva y se castigue a los culpables.

Más allá de lo que diga el cuerpo que está siendo examinado por los forenses, el caso Facundo está instalado en el conjunto de la sociedad como una pregunta a la que solo puede dar respuesta el Estado. Desde Villarino a La Plata, fuese que Facundo sufrió un accidente o lo desapareció la policía, las consecuencias políticas son inevitables. 

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