
La conducta de Donald Trump respecto a la pandemia del nuevo coronavirus iniciada a fines del año pasado en Wuhan, China, ha sido inestable y contradictoria. Entre otras actitudes, que oscilaron entre la subestimación de la enfermedad y las fuertes medidas restrictivas poco después, el señalamiento a la República Popular China como responsable fue la más constante.
En este marco de emergencia sanitaria, el mandatario norteamericano no dudó en traer al escenario pandémico la disputa que arrastran ambas naciones en otros plano, como el económico. El polémico mandatario acusó al gobierno de su contendiente comercial de encubrir la proliferación del COVID-19, al cual denominó “virus chino” en reiteradas ocasiones, y defendió el uso de dicha expresión.
Este tipo de actitudes oportunistas no cayeron bien en Beijing, desde donde recientemente le respondieron con claridad.
El portavoz de Relaciones Exteriores de China expresó, en una conferencia brindada a periodistas e incluida en el sitio web del gobierno, el repudio a la responsabilización de su país que se impulsó desde occidente.
China: “No es momento de acusaciones, los países deben unirse”
— RT en Español (@ActualidadRT) April 26, 2020
“¿Alguien pidió a EE.UU. que pagase por el brote de gripe H1N1 que brotó en su territorio y se propagó por decenas de países causando casi 200.000 muertes?” se preguntó el portavoz chino de Exteriores pic.twitter.com/JwmHFSpa53
Parte de las declaraciones del funcionario Geng Shuang. Cortesía: RT en Español.
En el video, viralizado en las últimas horas, Geng Shuang aseguró que “China, como otros países, ha sido atacada por el virus, y es una víctima, no un cómplice” y agregó: “Los virus son enemigos comunes de toda la humanidad y pueden aparecer en cualquier país en cualquier momento”.
Al respecto, le recordó a la Casa Blanca: “En 2009 la gripe H1N1 estalló en una gran área de Estados Unidos y se propagó a decenas de países causando casi 200 mil muertes. ¿Alguien pidió que pague por eso?”.
También resaltó que “en la década de 1980 el SIDA se detectó por primera vez en Estados Unidos, y se extendió por el mundo. ¿Cuántas personas padecen de SIDA hoy? ¿Alguien culpó a Estados Unidos por eso?”.
A continuación, declaró que “ante una gran crisis de salud y una amenaza viral la comunidad internacional debe unirse y trabajar junta en lugar de culparse mutuamente, exigir explicaciones o reclamar”. Desde el gobierno asiático buscaron descentralizar las acusaciones en su contra, y concluyeron que “todos deben tener claro que el enemigo es el virus, no China”.
Las declaraciones de Trump, mucho más críticas hacia fuera que autocríticas ante su actitud despreocupada inicial, pueden comprenderse mejor ante el escenario electoral que atraviesa la potencia norteamericana en el año corriente. De hecho, en muchos Estados, grupos de ciudadanos conservadores salieron a protestar contra las medidas de aislamiento establecidas con carteles pidiendo por su reelección (y hasta armados).
Desde China le pusieron un freno a la habitual estrategia de la Casa Blanca de señalar el enemigo externo con una contundente respuesta.