El ministro de Gobierno de Bolivia (que equivale a la cartera de Interior) Arturo Murillo, adelantó que solicitará a la presidenta surgida del golpe cívico militar, Jeanine Áñez, la expulsión de todos los miembros de la diplomacia española.
El funcionario acusa a los diplomáticos españoles a los que se les impidió ingresar en la embajada de México de intentar evacuar a exfuncionarios de Evo Morales que apermanecen bajo protección del gobierno mexicano encabezado por Andrés Manuel López Obrador.
"Yo personalmente voy a pedir a la presidenta (Áñez) y a la canciller (Karen Longaric) que pida que estas personas se vayan del país. No es correcto que vengan a hacer lo que quieran", aseguró Murillo desde Santa Cruz de la Sierra, según informó Unitel.
Luego aclaró que no reclama que cierre la Embajada de España "sino las personas que han maltratado y ofendido a los bolivianos".
Y fue tan lejos en su diatriba que acusó a los diplomáticos con aire de víctima preocupada por otras víctimas: "Maltrataron la sensibilidad boliviana", señaló .
En la Embajada mexicana se refugiaron unos diez dirigentes del Movimiento Al Socialismo (MAS) en calidad de asilados políticos, cuatro de ellos con orden de captura. Ellos son: el exministro de la Presidencia, Juan Ramón Quintana, la exministra de Culturas, Wilma Alanoca, el exgobernador de Oruro, Víctor Hugo Vásquez, y el exdirector de la Agencia de Gobierno Electrónico y Tecnologías de Información y Comunicación (AGETIC), Nicolás Laguna.
Mencionó un incidente que ocurrió en la isla de Perejil y que desató un fugaz conflicto armado que involucró a España y Maruecos en julio de 2002. El segundo de ambos países había tomado el islote, y luego de acusaciones cruzadas las tropas españolas lo desalojaron en pocos días.