
Por Nicolás Harispe
@nicolasharispe
¿Qué balance hace del proceso de convergencia y reunificación de los distintos sectores gremiales hacia una CGT unificada?
Soy muy optimista con relación al proceso de unidad que estamos llevando a cabo, y creo que las diferencias van pasando de a poco a un plano inferior.
De hecho, el encuentro que hicimos esta semana es un paso adelante para la reconstrucción y la reunificación de la CGT.
Vamos hacia una unidad lo más amplia, lo más ancha posible, como se hizo en el plano político con el surgimiento de una opción representativa de todos los sectores partidarios del campo popular que acompañan a Alberto Fernández.
¿Qué aporte cree que tiene que hacer una posible central obrera unificada luego del 10 de diciembre?
Estoy convencido de que tenemos una enorme responsabilidad, y estamos dispuestos a abordarla. El diálogo que está profundizándose ha dejado un saldo muy positivo hasta este momento.
Al nuevo gobierno, que según vislumbro será encabezado por Alberto Fernández, tenemos la necesidad de aportarle un programa propio del movimiento obrero, para que después sea él quien decida, obviamente, qué aspectos abordar prioritariamente. Pero sin lugar a dudas nosotros vamos a hacer un aporte propio, porque además constantemente nos piden las bases la unidad y un rol activo y propositivo en defensa de nuestros intereses.
¿Qué mirada tiene sobre una posible mesa de diálogo social post 10 de diciembre, y qué papel debería tener en ese ámbito una CGT que represente a todos los sectores del movimiento obrero?
Creo que a la hora de tomar decisiones el próximo Presidente va a necesitar una mesa donde estén la parte empresarial, el movimiento obrero, el estado y los movimientos sociales, ente otros.
Pero tiene que ser necesariamente un instrumento para abordar el problema del empleo. Los números son tremendos, estamos orillando el 40 por ciento de informalidad y subocupación, y eso no es bueno para la Argentina.
Y es importante señalar la necesidad de volver a hablar de empleo, ya hemos hablado de trabajo, pero tenemos que abordar políticas que generen empleo, y sobre todo del que brinda sector privado. Hay que volver a ponerlo en el centro del debate y de las políticas públicas, si no vamos a seguir en problemas.
¿Podría precisar mejor qué expresan cada uno de esos conceptos, es decir, trabajo y empleo?
Por supuesto. Yo creo que si le preguntás a cualquier trabajador de la economía informal que está obligado a vivir de changas si quiere empleo con vacaciones pagas, aguinaldo, un camping para ir con la familia y tener derecho a todas las conquistas que logró el movimiento obrero, no va a dudar qué responder.
Por supuesto que siempre hay emprendedores y cuentapropistas, es natural, pero este nivel que tiene la economía informal está arrasando con todo. Por cada puesto de empleo que perdimos hay dos trabajadores informales que quedaron desocupados completamente, por la falta de changas u otras alternativas de esa naturaleza.
Estamos perdiendo una batalla cultural frente a la concentración brutal que hoy tiene el capitalismo, y eso genera que ya no hablemos de “empleo” y hagamos referencia solo a la necesidad de “trabajo”.
Y a mí me parece que hay que hablar de empleo, y de empleo de calidad. Tenemos que ser una nación con un proyecto de desarrollo económico integral e inclusivo, no sólo conformarnos con alcanzar un grado de expansión económica sin integración de todas las capas sociales.