La esperanza es lo último que pierden los trabajadores despedidos de la fábrica de calzado de Chivilcoy, Paquetá. Son 592 los despedidos que ayer escucharon posibles alternativas por parte del intendente Jorge Britos para sostener las fuentes laborales que dejó el mayor empleador privado del distrito.
Según el jefe comunal, empresas locales manifestaron sus intenciones de absorber a los trabajadores de Paquetá. Para esto, Britos detalló que el Estado Nacional se haría cargo de los sueldos por un plazo de nueve meses, prorrogable por igual cantidad de tiempo por una vez más.
Cuando la empresa determinó su cierre definitivo a partir del 1 de enero expresó el compromiso de Nación para "ayudar a la empresa a conseguir nuevos pedidos a fin de retomar la actividad productiva en 2019".
Britos rechazó de plano esa afirmación porque "hay un convenio firmado en el municipio que establece una cantidad de empleados y si Paquetá se queda sin empleados, debe entregar la nave para que busquemos otra empresa, que hay varias comprometidas y una de ella muy importante, que quiere absorber la nave y parte de los empleados”.
Por lo pronto, mientras se tiran sobre la mesa las distintas alternativas para evitar la totalidad de los despidos en Paquetá, la firma brasilera puso como plazo el 31 de diciembre para que los trabajadores adhieran al régimen de retiros voluntarios, con un 140% de indemnización. Quienes no adhieran a esta fecha, serán considerados despedidos a partir de 1 de enero.