Mediante el Decreto Nº 908, el Presidente Mauricio Macri creó la Cobertura “Universal” de Salud, en la que lejos de contemplar mejoras en el sistema público, comenzará a financiar a las prepagas e instituciones privadas. El argumento oficial es que el sistema sanitario es “fracturado e inequitativo”, por eso transferirán dinero al sistema privado.
Con el CUS, los beneficiarios podrían optar por atenderse en instituciones y profesionales particulares, financiando esas prestaciones con dinero estatal, en el que se incorporarían las 15 millones de personas que no pueden acceder al sistema de obras sociales ni al de medicina prepaga. Lo que no dice el Presidente es que son los hospitales públicos la garantía del acceso universal a la salud, y que con esta iniciativa los termina de quebrar.
Por otro lado, en épocas de ajustes, sinceramientos y arcas vacías, no hay lugar de dónde conseguir fondos. Es por eso que se recurre al Fondo Solidario de Retribución, con préstamos del Banco Interamericano de Desarrollo y del Banco Mundial, engrosando aún más la deuda externa. El Decreto dice claramente que la financiación prevista son 8 mil millones de pesos por única vez, 350 millones para cada provincia. Cómo se seguirá financiando ese sistema a lo largo del tiempo es otra de las incógnitas.
Para los partidos de La Plata, Berisso y Ensenada, con casi un millón de habitantes, el SIES, Sistema Integrado de Emergencias Sanitarias, cuenta con menos de 10 ambulancias. En el 2016, el hospital Alejandro Korn de Melchor Romero estuvo con los quirófanos clausurados porque se llovían, sin gas, y los servicios de neumonología y urología estuvieron a punto de cerrar por falta de personal. En ese contexto, la provincia de Buenos Aires quiere adherir a esa nueva cobertura de financiación al sistema privado.