Gendarmes torturaron a dos chicos de la Garganta Poderosa - Política y Medios
28-03-2024 - Edición Nº5900

Gendarmes torturaron a dos chicos de la Garganta Poderosa

Luego de golpearlos y humillarlos los encañonados por la espalda, con una escopeta: y les dijeron: “corran bien rápido, o van a ser boleta”.

Ezequiel Villanueva Moya de 15 años, salió el sábado a la noche a visitar a su abuela Beti, quien vive como él en la Villa 21. De vuelta a su casa, lo paró la Policía Federal para revisarlo. Por el mismo lugar en que sucedía la “requisa”, pasaba Iván Navarro, amigo de Ezequiel y también lo pararon para sumarlo al abusivo operativo. A ambos los denigraron un rato, los amenazaron y los ningunearon sobre el supuesto origen espurio de sus prendas.

Iván Navarro aseguró haberse “acercado para darle un abrazo a Eze y un oficial, así, de la nada, directamente vino y me pegó una trompada”.

Negativa la requisa, los dejaron ir, pero apenas 30 pasos del primer lugar, volvieron a ser interceptados por tres móviles de Prefectura, con cuatro uniformados cada uno.

Según cuenta señalaron los jóvenes: “nos tiraron adentro de un coche y nos llevaron hasta la garita de Osvaldo Cruz e Iguazú”. Luego de eso, “nos subieron a otro auto, pero primero nos taparon la cabeza y nos obligaron a sentarnos uno encima del otro”. Acto seguido, los chicos cuentan fueron llevados hasta un descampado lindero al Riachuelo, detrás de una fábrica, sobre el Camino de Sirga. “Cuando ya había unos 10 prefectos, uno dijo que nos iban a matar, porque total nadie nos iba a reclamar”.

Ezequiel e Iván muestran marcas de trompadas en la cara y dicen haber recibido palazos en las piernas. Iván cuentó que “nos obligaron a tirarnos al piso y hacer flexiones de brazos, hasta que uno le saltó sobre la espalda a Ezequiel y otro me preguntó a mí dónde quería el tiro […] Alterados, como sacados, nos esposaron a un caño y dispararon varios tiros al aire, mientras nos quitaban las camperas que supuestamente habíamos robado [:..]“se reían cuando nos ponían un cuchillo en el cuello y nos decían que también les parecían lindas nuestras zapatillas, nuestras cadenitas… Nos sacaron todo”.

A unas pocas cuadras de la Parroquia Caacupé, uno de los prefectos puso su arma en la nuca de Iván, para obligarlo a rezar. “Dale, un Padre Nuestro para que no te mate, dale”. Y al final, cuando por fin accedieron a soltarles las manos, los encañonados por la espalda, con una escopeta: y les dijeron: “corran bien rápido, o van a ser boleta”.

Los chicos se dirigieron a la Procuraduría contra la Violencia Institucional y ayer se presentaron en la fiscalía de Pompeya, para prestar declaración. Y paradójicamente, uno de perfectos que participo del hecho estaba en lugar, se trataba del prefecto Leandro Adolfo Antúnez. Lo vieron, lo señalaron y lo denunciaron. Acto seguido, el fiscal Marcelo Munilla Lacasa pidió la orden de detención y la remoción de los agentes que integraban el móvil.

Según denunciaron los jóvenes, ellos, sus familias y sus compañeros tienen miedo a lo que pueda pasar tras la denuncia.

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