A pocos días del veto de la ley antidespidos por parte del Presidente de la República, Mauricio Macri, y a horas de la presentación de la ley de blanqueo de capitales-estrategia en la que el propio Macri apuesta a “repatriar” a las apuradas $18 millones, en resguardo de las acusaciones por esta suma de dinero no declarada en Bahamas- entrevistamos al ex director del Registro Nacional de Trabajadores y Empleadores Agrarios, espacio en el que ya suman más de 1000 los despedidos.

¿Qué consecuencias trae un cambio de modelo económico, político y social como el que viene aplicando el gobierno nacional?

Este cambio trae aparejado un alto índice de desocupación en los sectores asalariados y enriquecimiento exponencial para unos pocos. Los despidos llevan inevitablemente a la desocupación que hoy viven los trabajadores argentinos, esto es funcional al interés económico de los grupos concentrados de poder que apuestan a bajar el costo de la mano de obra en uno de los países con el salario más alto a nivel latinoamericano y del mundo. Y con la excusa de hacerse más competitivo en el mercado internacional, en realidad apuestan por bajar los costos, porque lo que quieren es aumentar su tasa de ganancia.

Tanto en el sector estatal como en el privado los despidos han provocado, por ejemplo en ciudad de Buenos Aires, una desocupación que en cuatro meses aumentó la tasa del 6,6% al 8,6% con 90.000 nuevos desocupados. En este marco las organizaciones gremiales y las cinco centrales sindicales han planteado una emergencia laboral que como medida han decidido acompañar la prohibición de despidos por 180 días y la duplicación de las indemnizaciones. Pero como consecuencia ya hemos tenido el veto a este proyecto de ley, porque justamente lo que este gobierno necesita es tener un ejército de desocupados, que hace que al momento que la gente sale a buscar trabajo esté dispuesta a negociar sus salarios a la baja.

¿Qué le pareció la actitud del Presidente, luego de vetar la ley antidepidos, de dar su primera conferencia en Cresta Roja?

Macri es un hipócrita y un cínico terrible, porque la crisis de Cresta Roja fue provocada por tercera vez en la historia por un grupo empresario, mediante la amenaza de despidos masivos y en medio de una convocatoria de acreedores y una convocatoria desde el Estado Nacional para que ayude a la empresa para que no se genere más desocupación. Lo mismo hizo cuando el sector avícola en nuestro país estaba en una situación de privilegio. Cuando Macri dice es culpa del gobierno anterior, lo que realmente está diciendo es que los grupos empresarios mediante estas maniobras lo que hacen es dejar de pagarle al Estado. Y en ese acto de cinismo es que Macri llega a Cresta Roja un día después del veto de la ley antidespidos, con sólo un tercio de los trabajadores reincorporados, en situación de contratados por 180 días y con un 20% menos de su sueldo, lo que significa un esquema de precarización laboral.

¿Cómo ve la situación actual del empleo en la Argentina?

Lisa y llanamente lo que están haciendo es precarizar el empleo, están yendo en contra de la ley. De la misma manera ocurre cuando el Estado argentino le paga $1000 por empleo a McDonald's para entrenamiento laboral de 5000 jóvenes, porque lo que hace la empresa es exigirle la renuncia a aquellos que tenían en blanco, con obra social y el salario mínimo, para hacerlo trabajar 30 horas por $4.500. O sea, por la mitad de su salario mínimo. Este es el empleo de calidad del que habla Macri, este es el modelo ideal para el sector empresario: poder obtener el dinero que quieran a instancia de la situación de los trabajadores. Están reemplazando a estos jóvenes de primer empleo por otros que ya estaban trabajando, pero la realidad es que el salario básico no hace distinción entre primer empleo o no.

¿Cómo encuentra la situación del mercado interno productivo, puntualmente del sector frutihortícola al que usted alguna vez representó desde el RENATEA?

Veo un panorama muy gris, principalmente para el sector del GranLa Plata, porque esta producción está ligada al consumo interno, que es la mina de oro del desarrollo nacional, porque de alguna manera no queda aislada de la crisis internacional. El gobierno anterior tenía su norte en el mercado interno, por eso existía una gran dinámica en cuanto la inyección de dinero. Pero este nuevo gobierno, a través de la devaluación, ha provocado un incremento de más del 60% de los insumos básicos productivos, las medias sombras (invernáculos), semillas híbridas, el propio alquiler de la tierra, las tarifas eléctricas y a esto agreguémosle que existe una depresión en el consumo interno.

En resumen, los productores pagan hasta un 80% más por lo que producen y venden la mercadería a sectores concentrados que al disminuir la demanda les dejan de comprar o tironean a baja lo que les pagan. Eso es la tormenta perfecta. Y esto no pasa sólo en esta dirección, sino con todas las economías regionales que nutren el mercado interno; de esta manera vamos hacia la vieja historia de los años 90, con más de 300.000 productores expulsados del mercado.

Al terminar de tipear esta entrevista, las empresas Swift, SanCor, Gafa, Bambi, Acindar, Argul, Televisión Pública, TecPlata, Alpargatas, Kromberg & Schubert, Rejo, Tessicot, Germaíz, Menoyo, EMAPI, Frigorífico Ciaber, Canale, Ricedal Alimentos, entre otras, continúan la línea dispuesta por el ejecutivo nacional: despedir, suspender o reducir horas a los trabajadores y trabajadoras. Un nuevo capítulo del clásico de los ’70 y ’90, un reciclado neoliberalismo en manos de CEOS, grupos monopólicos, familias de la oligarquía nacional y su replica en la justicia, que buscan el terreno perdido en los años del Kirchnerismo.