Si María Eugenia Vidal imaginaba un repunte laboral en el año electoral, enero comenzó con malas noticias. El sector productivo continúa en crisis producto de la caída del consumo, los tarifazos, la apertura de importaciones y las ventajas de invertir en el mercado financiero, por sobre el productivo, que otorga el modelo económico del gobierno de Mauricio Macri.
Un rubro que comenzó a sentir los efectos de la devaluación sobre el fin de 2018 es el de la construcción y sus industrias directamente relacionadas. Dos fábricas de cerámicos de la provincia de Buenos Aires atraviesan una severa crisis que puede culminar con despidos. Cerámica Cañuelas suspendió esta semana a sus 160 trabajadores hasta marzo, percibiendo un 20% menos de su sueldo. Según declaraciones de los trabajadores a diferentes medios, no "hay expectativas que mejores después (de marzo) y es incierto el futuro de los 160 operarios".
Las consecuencias de una devaluación de más del 100% de la moneda argentina en el último año continúan impactando en diferentes sectores de la economía productiva nacional. Algunas empresas también utilizan el argumento de la crisis para retirar sus inversiones, dejando despidos en el camino. Los tarifazos de agua y luz en los dos primeros meses del 2019 continuarán en esa senda ya que aumentarán aún más los costos de producción y las altas tasas de interés harán que persista el enfriamiento de una economía que hoy sólo se sustenta en la entrada de dólares, producto del acuerdo con el Fondo Monetario Internacional.